Platón: Ética, Política y Evolución del Pensamiento en su Obra

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La Ética y la Justicia en la República

En su obra La República, Platón utiliza la división del alma para defender las tres virtudes cardinales: la prudencia (parte racional), la fortaleza (parte irascible) y la templanza (parte apetitiva). Por encima de todas ellas, sitúa una virtud suprema: la justicia, entendida como el equilibrio entre las diferentes partes del alma o, en el plano social, entre las distintas clases. Esta concepción refleja la importancia de la armonía en el pensamiento griego.

Esta división tripartita del alma se traduce en una división en tres clases sociales: los productores (asociados a la templanza), los guardianes (asociados a la fortaleza) y los gobernantes (asociados a la prudencia). La República concluye con el Mito de Er, que sugiere la existencia de otro mundo, un lugar de recompensa para aquellos que han llevado una vida virtuosa. En este otro mundo se encuentra la llanura de la verdad. Aquellos que han llevado una mala vida, por otro lado, son castigados.

El Amor como Motor del Conocimiento en El Banquete

En El Banquete, Platón explora la naturaleza del amor. En esta obra, una mujer defiende que el amor es la fuerza que mueve el mundo y el motor del conocimiento, de la dialéctica. El amor al saber es, precisamente, la filo-sofía.

Etapa de Vejez: Revisión y Evolución del Pensamiento Platónico

El Timeo y el Mito del Demiurgo

En su etapa de vejez, la figura de Sócrates desaparece de la obra de Platón. En el Timeo, Platón recurre al Mito del Demiurgo, un dios menor que ha ordenado una materia caótica y eterna en un espacio también eterno, siguiendo el modelo del Mundo de las Ideas. De este modo, surge un universo ordenado, un cosmos, cuyas imperfecciones se deben a la materia y no al Demiurgo. Esta concepción refuerza su teoría anterior de un mundo eterno, el de las Ideas, al que se accede a través de las matemáticas desde el Mundo de la Materia. Estas ideas tendrán una gran influencia en el pensamiento de San Agustín.

El Político, Parménides y la Crítica a la Teoría de las Ideas

En El Político, Platón aborda la política sin recurrir a la metafísica. En Parménides, explora la relación entre el ser y el no-ser, y presenta ocho vías lógicas para demostrar que su Teoría de las Ideas no es lógica, rompiendo así con su pensamiento anterior y dando paso a un Platón más radical.

Las Leyes: Imperio de la Ley y Control Social

Las Leyes es la obra principal de esta etapa. En ella, Platón defiende una constitución escrita, es decir, el imperio de la ley. Además, sostiene que el arte debe ser controlado por el Estado y que los subversivos deben ser eliminados, llegando a defender la ejecución de Sócrates. Propone la existencia de un dios de culto obligatorio, argumentando que "el pueblo que reza, no protesta", y aboga por la eliminación de aquellos que lo cuestionen. También defiende la utilización de la "mentira piadosa" por parte de los gobernantes.

Carta VII: La Inaccesibilidad de la Verdad Científica

Finalmente, en la Carta VII, Platón explica por qué se dedicó a la política y por qué, según él, no se puede conocer científicamente la verdad. Afirma que solo se puede alcanzar una especie de "luz" (término que San Agustín utilizará posteriormente como "Iluminación") después de un gran esfuerzo, sin utilizar la razón, retocando así su previamente autodestruida Teoría de las Ideas.

El Legado de Platón y la Influencia en Aristóteles

Su mayor discípulo, Aristóteles, desarrollará un pensamiento totalmente diferente al de su maestro, marcando un nuevo rumbo en la historia de la filosofía.

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