Platón y los Orígenes de la Teoría Literaria
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Platón
Aunque con anterioridad existieron algunas reflexiones sobre el arte literario, fundamentalmente entre los sofistas y algunos tratadistas de retórica, como Gorgias, no podemos hablar de teorías literarias hasta la llegada de Platón. Esto es así si adoptamos un criterio amplio de teoría literaria que dé cabida a cualquier especulación acerca de las primeras manifestaciones escritas de la palabra.
Durante la época griega, la filosofía era la encargada de reflexionar sobre los discursos "literarios". En ese sentido, Platón fue el primero en dedicar parte de su actividad reflexiva al universo de los discursos poéticos. En su obra se plantean por primera vez problemas que atañen a la estética, como la belleza de lo escrito, y problemas que preocuparán siglos después a la crítica literaria, como la posibilidad de interpretar correctamente un texto.
Diálogos Clave
Sus diálogos especialmente dedicados a la reflexión sobre los discursos son Ion, Fedro o De la belleza, Gorgias o De la retórica y República. De entre ellos, Fedro es especialmente significativo, puesto que nos sitúa en el momento en el que la escritura, factor indispensable para la existencia de la literatura, se convierte en una práctica generalizada en la comunicación entre los seres humanos.
Platón, como discípulo de Sócrates, se había formado en el método de la dialéctica. En Gorgias, nos dice que solo se puede decir que algo es verdad cuando, presentados todos los argumentos en pro y contra por parte de los que dialogan, estos llegan a un acuerdo. Por tanto, comprendemos que para Platón la escritura aparezca como un factor distorsionador en la búsqueda de la verdad, puesto que no se puede dialogar con lo escrito ni contraargumentarlo, ya que lo escrito es mudo y siempre dice lo dicho.
Normas para la Escritura
No obstante, Platón acepta la imposición de la escritura como medio de comunicación entre los hombres. El problema que se le plantea es dictar una serie de normas para que quienes la cultivan no se alejen demasiado de la adecuada construcción de la verdad. Al final de Fedro, Platón distingue entre dos tipos de discursos:
- Los compuestos con "conocimiento de la verdad", que serían obra de los amigos de la sabiduría, es decir, de los filósofos.
- Aquellos otros compuestos "a fuerza de cambiarlo de arriba abajo y de darle vueltas durante mucho tiempo, pegando unas cosas con otras o suprimiéndolas", que según él, serían obra de los poetas y de los compositores de discursos.
Filosofía vs. Retórica
El conflicto se establece entre la filosofía y la retórica. Platón expone su teoría moralista de la belleza discursiva, declarando bellos aquellos discursos que, estando correctamente escritos o compuestos, se preocupan más por la verdad que deben transmitir que por su apariencia exterior. Platón no distingue la retórica de la filosofía porque una no sea la verdad y la otra sí, sino porque una no la busca y la otra sí.
La Poesía según Platón
El lugar que ocupa la poesía como tipo especial de discurso en esta polémica entre filosofía y retórica queda bastante ambiguo en la obra de Platón. Parece prevalecer la idea de que, al poner la atención "en el placer y en la manera de agradar a los espectadores" y no "en mejorar todo lo posible las almas de los ciudadanos", la poesía se aleja de la verdad.