Platón: Teoría Política, Antropología y la Ciudad Ideal

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La Concepción Política de Platón: Antropología Platónica y Vinculación del Alma a la Ciudad

A) Introducción

La filosofía de Platón puede considerarse globalmente como una teoría política o, mejor dicho, como una teoría del Estado. Tanto la teoría de las Ideas como la antropología (división tripartita del alma) tendrán su traslación al funcionamiento y organización de la pólis. Platón vive momentos delicados para Atenas (Guerra del Peloponeso, gobierno de los 30 tiranos…) y considera que el gobierno ateniense es un gobierno corrupto, arbitrario e injusto, que necesita una reforma profunda. Este sentimiento provoca en Platón el deseo de dedicarse activamente a la política, tal y como expresa en la Carta VII. Pero la condena a muerte de Sócrates (a quien Platón consideraba el más sabio y virtuoso de los hombres), y los fracasos de su praxis política en el sur de Italia, desanimaron y alejaron a Platón de este camino, llegando a la conclusión de que todos los Estados estaban mal gobernados y que únicamente el acceso de los gobernantes a la verdadera filosofía podía remediar esta situación (Carta VII). Por estos motivos, entre otros, Platón rechaza la democracia como la forma de gobierno más adecuada, porque fue precisamente un gobierno democrático el que condenó a Sócrates. Un gobierno que –opinaba Platón– obedecía a intereses egoístas y que no estaba formado por las personas más capacitadas para hacerlo. La teoría de las Ideas, en cuanto que persigue la captación y acceso a la verdadera filosofía, será el fundamento intelectual de su concepción de la política. Porque Platón pretende fundamentar la pólis y sus instituciones en el “orden eterno del ser” que hay que descubrir y después enseñar.

B) La Justicia como Ideal del Individuo y del Estado

Platón aspira a definir el fundamento de una sociedad ideal y opina que únicamente se puede alcanzar este objetivo mediante la implantación generalizada de la justicia. A este asunto dedica el diálogo La República. Esta justicia, entendida como armonía social entre todos los miembros de la pólis, tendrá una correlación con la armonía que también debe imperar en cada persona individualmente. De ahí la vinculación de la antropología con la política, porque la felicidad individual es un objetivo a perseguir para trasladarlo en beneficio de la vida social. Este texto del libro IV de La República expresa con absoluta claridad este deseo: “…no establecemos la ciudad mirando a que una clase de gente sea especialmente feliz, sino para que lo sea en el mayor grado posible la ciudad entera”. Veamos entonces cómo entiende Platón la concepción antropológica del ser humano para abordar después su traslado al ámbito de la política.

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