La Plenitud del Espíritu: Los Siete Dones Esenciales para la Vida Cristiana

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El Espíritu Santo: Fuente de Vida y Sabiduría

El Espíritu Santo es, muchas veces, el gran olvidado de nuestra vida cotidiana. Sabemos reconocer al Padre y al Hijo, pero al Espíritu Santo no lo tenemos tan en cuenta, a pesar de que se encuentra muy cerca de nosotros. Quien escucha, palpa y vive la presencia del Espíritu Santo, siente y vive a Jesús.

La Recepción de los Dones en la Confirmación

En el sacramento de la Confirmación recibimos la plenitud del Espíritu y los siguientes siete dones, herramientas fundamentales para vivir la fe en plenitud:

Los Siete Dones del Espíritu Santo

Sabiduría

Es lo que da sentido a la vida y gusto a todo lo que hacemos; es el don del buen gusto por las cosas del Espíritu. La Sabiduría despierta los sentidos y le da valor a la vida.

Entendimiento

Es el don de entender lo que más merece ser entendido. Es conocer la mano de Dios donde otros solo ven circunstancias humanas; es entender la obra de Dios en la historia humana y en la propia vida.

Consejo

Es el don social que nos une los unos con los otros en la búsqueda del camino que nos acerca a Dios. Si sabemos mirar a nuestro prójimo, encontraremos respuestas que no son solo nuestras y comunicaremos consuelo y esfuerzo más allá del que creíamos esperar.

Fortaleza

Este don nos da el querer y el obrar, nos otorga el deseo y la fuerza del Espíritu para llevarlo a cabo. Los grandes valores humanos son para toda la vida: la entrega, el compromiso y la promesa, tanto en la familia como en la fe. El amor es fuerte, por eso el don de la Fortaleza es el don de amar.

Ciencia

Este don nos revela el don de la Creación. Nos ayuda a escuchar la Creación que nos habla de Dios y nos ayuda a sentir la profundidad generosa de sus dones que todo lo llena.

Piedad

Es el don de sentirse hijo, de tener a Dios por Padre y saberlo disfrutar. Es el don de saberse heredero de todo lo que es bueno. Nos hace sentirnos hermanos entre nosotros y nos impulsa a tener compasión por quienes necesitan de nosotros. Es un don de amistad que tanto más crece cuanto más se comparte; transforma la vida y suaviza la muerte. Es el don de hospitalidad que nos da una madre y nos inspira para con ella toda la confianza, el fervor y la ternura.

Temor de Dios

Es el temor a ofender, a hacer algo que entristezca al Padre, a traicionar el hogar. Es un don de reverencia y respeto hacia Dios y hacia los hombres con Él. Es el miedo que termina con todos los miedos, pues nos centra en el amor perfecto.

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