Poda de árboles frutales: Formación, fructificación y rejuvenecimiento
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Poda de árboles frutales
Poda de formación
La poda de formación se inicia durante la fase juvenil del árbol y va encaminada a conseguir una buena estructura y la formación del esqueleto del árbol. Es fundamental conseguir formar una estructura firme y robusta capaz de soportar las cosechas y los embates climatológicos.
Para iniciar la poda de formación de un árbol hay que considerar:
- Las características vegetativas de la especie.
- El sistema de conducción o formación que se desea emplear.
- Los factores ambientales de la zona.
- La altura de la primera ramificación o la formación de la cruz según el sistema de formación elegido.
A partir de la primera ramificación elegida como esqueleto del árbol se irán distribuyendo las distintas ramificaciones del árbol siguiendo los siguientes criterios:
- Se elige la altura a la que se va a situar la primera rama principal o primaria del árbol.
- Se continúa eligiendo el resto de las ramas primarias que van a formar la estructura del árbol.
- El resto de las ramificaciones no deseadas se extirparán.
Poda de fructificación
La poda de fructificación pretende:
- Alcanzar el equilibrio entre el desarrollo vegetativo y la fructificación, intentando no desequilibrar la relación entre copa y sistema radicular.
- Asegurar una producción media de fruta con calibre y calidad.
- Alargar el periodo productivo del árbol al favorecer la renovación de ramificaciones fructíferas.
- Controlar el volumen de copa, para facilitar que la luz penetre en ella.
Cuando el árbol se encuentra totalmente formado, la poda de fructificación consistirá en distribuir y renovar las ramificaciones o formaciones fructíferas. Estas formaciones fructíferas se distribuirán a lo largo de las ramas alternativamente en forma de espina de pescado, con distintas orientaciones y evitando que se superpongan unas con otras.
Con la poda de fructificación se controla el número de yemas de flor del árbol, lo que redundará en una carga equilibrada de frutos, de mejor calibre y calidad.
En los frutales de pepita se busca obtener yemas de flor y mantener los órganos fructíferos, con su paulatina renovación, mientras que en los frutales de hueso se busca conseguir con la poda de fructificación la renovación de ramos fructíferos agotados y sustituirlos por otros nuevos.
En los frutales de hueso los órganos fructíferos son el ramillete de mayo, el ramo mixto y la chifona, mientras que en los de pepita son la lamburda, la brindilla coronada y la bolsa.
Poda de rejuvenecimiento
Consiste en eliminar ramificaciones envejecidas, así se descarga de madera al árbol y se equilibra la relación entre hoja y madera. Es muy utilizada en el cultivo del olivo debido a su gran capacidad de rebrote.
Esta poda se realiza en periodo de reposo invernal y gracias a ella se consigue una fuerte brotación.
Poda en verde
Este tipo de poda se realiza durante el periodo vegetativo del árbol y resulta de gran interés en su periodo de formación.
Con la poda en verde se consigue:
- Eliminar chupones para favorecer el mejor reparto de savia.
- Quitar ramificaciones mal situadas, que se entrecruzan o superponen con otras. Se favorece así la iluminación de la parte interna de la copa del árbol.
- Disminuir el vigor de ciertas ramificaciones podando sobre un brote lateral de poco vigor.