Poesía Épica Griega: Rapsodas, Homero y el Debate sobre su Origen
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Los Rapsodas y la Difusión de los Poemas Homéricos
Heródoto habla por primera vez, y ya en conexión con textos homéricos, de los rapsodas, quienes deben distinguirse de los aedos citados en la Ilíada y la Odisea.
Los aedos son poetas, no forzosamente profesionales, que, al son de instrumentos de cuerda, componen e improvisan fragmentos épicos; mientras que los rapsodas se limitan a ejecutar.
Difusión de Textos Épicos en Atenas
Abundan las noticias relativas a la difusión de los textos épicos en Atenas. Un ejemplo son las Panateneas: fiestas en Atenas en las que los rapsodas recitaban poemas.
Características del Verso Épico Homérico
Los poemas homéricos están compuestos de versos independientes, cuyo ritmo se basa en la repetición a intervalos regulares de secuencias fijas de sílabas largas y breves, de acuerdo con el ritmo cuantitativo y no acentual de la lengua griega.
El verso épico puede adoptar una gran variedad de formas, entre las cuales destacan los hexámetros (y dentro de estos, sus distintas variantes). El hexámetro tiene un origen divino y sagrado.
El verso épico debe proceder, por tanto, de un primitivo verso popular más corto, cuyos vestigios se pueden detectar en la lírica griega arcaica.
La Cuestión Homérica: Origen y Autoría de los Poemas
La Cuestión Homérica se refiere a la discusión sobre el origen de los poemas homéricos. El problema central es determinar si la Ilíada y la Odisea son obras de arte unitarias y, consecuentemente, si existió o no un poeta llamado Homero.
Contribuciones de la Antigüedad y los Editores Alejandrinos
La Antigüedad sentó las bases de la Cuestión Homérica. Grandes editores alejandrinos de Homero, como Zenódoto, Aristófanes y Aristarco de Samotracia (este último, el sistemático y definitivo ordenador de los textos homéricos en el siglo II a.C.), se limitaron en general a seguir los mejores textos de los muchos en circulación.
Estos editores tenían un ideal clasicista de la obra literaria y trataron de adaptar a Homero a ese ideal mediante su criba. Para ellos, Homero era perfecto y no podía tener inconsecuencias, errores, cosas inexplicables, ni, mucho menos, atentados al buen gusto.
El Argumento de la Falta de Escritura y la Crítica a Wolf
El argumento de la falta de escritura estuvo muy en boga en el siglo XVIII. Fue A. E. Wolf quien más decididamente insistió en él, explotándolo hasta el máximo para negar la unidad de los poemas.
La argumentación de Wolf es particularmente endeble. Él, como filólogo, estudiaba los poemas como un documento histórico cualquiera. Se basaba en datos externos:
- La no existencia de la escritura en la Grecia primitiva, lo que imposibilitaría la composición de obras tan extensas.
- La tradición recogida por Cicerón en De Oratore de que Pisístrato estableció un comité en la Atenas del siglo VI a.C. para compilar de forma coherente los poemas.
En cuanto a la escritura, hoy sabemos que en el siglo VIII a.C., si no antes, ya existía escritura alfabética en Grecia. También sabemos que anteriormente existió el silabario micénico y que es normal en fechas primitivas la transmisión de memoria de poemas extensos.