Poesía española contemporánea: Del compromiso social a la experiencia íntima
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La Poesía Social de los Años 50 y 60
La poesía de la posguerra española, en los años 50 y 60, se caracteriza por un profundo compromiso social, reflejando la situación de España, la injusticia social y el anhelo de paz y libertad. Blas de Otero, con "Pido la paz y la palabra", y Gabriel Celaya, con "Cantos iberos", son las figuras más representativas de esta corriente, marcada por un tono pesimista, pero con destellos de esperanza. El lenguaje utilizado es llano y conversacional.
En los años 60 surge una línea poética que enfatiza el compromiso ético con el ser humano. Autores como José Hierro ("Libro de las alucinaciones"), Claudio Rodríguez ("Don de la ebriedad") y Ángel González, exploran la realidad humana desde la experiencia personal. Su estilo se caracteriza por un tono cálido y cordial. Ángel González, en particular, transita por diversas etapas, desde el pesimismo existencial a la elegía reflexiva, pasando por el humor. Jaime Gil de Biedma aborda temas sociales con ironía y escepticismo, mientras que José Ángel Valente evoluciona desde una poesía existencial y social ("El inocente") hacia una poesía más compleja, donde la creación se convierte en un medio de conocimiento y crítica.
Los Novísimos y la Ruptura con el Realismo (Años 70)
En la década de los 70 emerge el grupo de los "Novísimos", poetas que rompen con el realismo y el humanismo literario. Incorporan a su obra elementos de la poesía visual, el cine, la cultura de masas y el clasicismo, creando un universo culturalista, exótico y bello, simbolizado por la decadencia de Venecia. Destacan Pere Gimferrer ("Arde el mar"), Antonio Colinas ("Sepulcro en Tarquinia") y Leopoldo María Panero ("Así se fundó Carnaby Street").
En esta misma década se inician corrientes que perduran hasta la actualidad, como la poesía de la experiencia, con Luis García Montero como figura principal; la poesía neosurrealista, liderada por Blanca Andreu; y la poesía clasicista de Antonio Carvajal.
La Poesía a partir de los Años 80: Diversidad y Tendencias
La década de los 80, prolífica en antologías, revistas y premios literarios, se caracteriza por la coexistencia de diversas tendencias:
- Poesía de la experiencia: Recupera el compromiso ético de los años 50 y 60, con un lenguaje accesible y natural. Luis García Montero, además de poeta, es teórico de esta corriente y publica, junto a otros autores, la antología-manifiesto "La otra sentimentalidad".
- Poética del silencio: Explora la expresión a través de la ausencia de palabras.
- Neosurrealismo: Continúa la exploración del inconsciente y lo onírico.
- Nueva épica: Se centra en los problemas colectivos.
- Poesía clasicista: Con gran exquisitez formal, compone poemas con abundantes referencias míticas que se convierten en vehículo de sentimientos íntimos. Luis Antonio de Villena, influenciado por los clásicos grecolatinos, el modernismo y la poesía anglosajona, rechaza la moral dominante y recupera los valores del paganismo.
- Neoerotismo: Liderado por escritoras como Ana Rosetti, transforma los tópicos masculinos de la poesía amorosa.