Poesía Española en la Guerra Civil y Posguerra: Miguel Hernández y las Tendencias de los Años 40

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La poesía española experimentó profundas transformaciones durante la Guerra Civil y la posterior posguerra. Este periodo crucial vio emerger figuras como Miguel Hernández y el desarrollo de corrientes distintivas en los años 40, como la poesía arraigada y la desarraigada.

Miguel Hernández: La Poesía de Guerra y su Evolución

A caballo entre la Generación del 27 y la del 36, Miguel Hernández inició su trayectoria poética con una obra marcada por la metáfora y la imagen, influenciado por las vanguardias y la poesía pura, como se aprecia en Perito en lunas. Progresivamente, su poesía se humanizó y se adaptó a moldes clásicos, como el soneto, ejemplo de ello es El rayo que no cesa.

Durante la Guerra Civil, el poeta se erigió como el principal representante de la “poesía de guerra”: una lírica comprometida, destinada a infundir ánimo a las tropas y a defender las ideas de cada bando. Obras como Viento del pueblo demuestran cómo Hernández logró fusionar la propaganda con una innegable calidad literaria.

La Poesía de los Años 40: Arraigada y Desarraigada

En la década de los años 40, surge la denominada Generación del 36, compuesta por autores nacidos en torno a 1910 y profundamente marcados por la Guerra Civil. Esta generación desarrolló dos tendencias poéticas principales:

Poesía Arraigada: Los Garcilasistas

Esta corriente representa a la España vencedora. Para estos poetas, la vida y el mundo poseen un sentido, y se sienten plenamente arraigados a ellos. Retoman temas clásicos como Dios, la Patria y la familia, y adoptan las formas métricas del Renacimiento. Frente a la dura situación de la posguerra, estos autores cultivaron una poesía preocupada por la belleza, a imitación de Garcilaso de la Vega. Un exponente clave es Luis Rosales, con su obra La casa encendida.

Poesía Desarraigada: La Angustia Existencial

La publicación de Hijos de la Ira de Dámaso Alonso marcó el nacimiento de esta tendencia poética. Concibe el mundo como un lugar terrible, caótico y sin sentido. El ser humano, angustiado y solo, se siente desarraigado del mundo y de una vida que carece de propósito. Esta es una poesía de tono existencial, profundamente comprometida, que testimonia la desorientación del hombre en un universo caótico. Se caracteriza por una ruptura radical con todo clasicismo.

Otras Corrientes Poéticas de la Época

Junto a estas tendencias dominantes, en la misma época convivieron otros movimientos:

El Postismo

Movimiento heredero del surrealismo, que exploraba la libertad creativa y el juego lingüístico. Entre sus representantes se encuentran figuras como Gloria Fuertes y Carlos Edmundo de Ory.

El Grupo Cántico

Un colectivo de poetas cordobeses que se formó en torno a la revista Cántico. Se declararon herederos de Luis Cernuda y su poesía amorosa. Entre sus miembros más destacados figuran Ricardo Molina y Pablo García Baena.

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