Poesía Española de Posguerra: De lo Social a la Experiencia
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La Poesía Social
La antología consultada de la poesía social se considera el arranque de esta corriente con autores como Blas de Otero (Pido la Paz y la Palabra) y Gabriel Celaya (Cantos Íberos). Otros autores relevantes de este periodo son José Hierro y Ángel González.
- Blas de Otero: Poeta vasco con tres etapas: existencialista (con un hombre desvalido que interroga a un Dios indiferente, como en Ángel fieramente humano), social (Pido la Paz y la Palabra) y de búsqueda de nuevas formas expresivas.
- Gabriel Celaya: Pseudónimo de Rafael Múgica, destaca por su poesía social con ideología política y lenguaje intenso, épico y coloquial: Cantos Íberos y Lo demás es silencio.
La Poesía de la Experiencia (Los 60)
A finales de los 50, la imposibilidad de llegar a la mayoría del público hará que se abandone la poesía social, acusada de caer en el panfleto y provocar la devaluación de su condición artística. La poesía pasa a ser una forma de interpretar el mundo. Los poetas de los 60 renuevan la estructura, la forma y el lenguaje; se considera como experiencia personal: Poética de la Experiencia, que poetiza la realidad para expresar subjetivamente sus propias vivencias.
Características:
- Enfoque humanista, temas: evocación de la infancia, amor y amistad, soledad o fracaso, paso del tiempo.
- Admiran a Luis Cernuda o Antonio Machado.
- El compromiso político pasa a un segundo plano, se critica mediante la ironía y el humor.
- Abundan elementos culturalistas con reflexiones sobre la creación poética, símbolos, ironía, dirigido a un público culto.
- Su estilo es muy elaborado: selección de vocabulario, recursos estilísticos (paradojas, antítesis) aunque también emplean vocabulario coloquial.
- Influencia de poetas como Constantino Cavafis o Luis Cernuda.
Algunos poetas están conectados por las ciudades en las que vivieron, como en Barcelona: Carlos Barral y José Agustín Goytisolo, formando el “Grupo de Barcelona”; y en Madrid: Carlos Bousoño y José Ángel Valente. Otros, al margen de la vida literaria: José Hierro y Antonio Gamoneda.
- Ángel González: Representa la transición de la poesía social al nuevo estilo poético. Se mantiene el compromiso social, pero critica mediante la ironía y el humor: Áspero mundo.
- José Agustín Goytisolo: Une la preocupación ética con el análisis de la propia conciencia. Su entorno familiar y educación, satirizados con ironía y humor: Palabras para Julia y Otras canciones.
- Jaime Gil de Biedma: Representante de la poesía como experiencia. Poetiza la experiencia propia con tono confesional y narrativo: Moralidades.
- José Hierro: Muestra preocupaciones existenciales y causas sociales en su poesía; alterna el estilo realista narrativo y visionario contemplativo: Cuaderno de Nueva York.
- José Ángel Valente: Defensor de la poesía como conocimiento objetivo. Busca la palabra precisa que define la realidad y el descubrimiento del ser, de ahí su carácter meditativo: “Poesía del Silencio”.
- Francisco Brines: Poesía meditativa y reflexiva centrada en el paso del tiempo y la muerte; transmite serenidad y el deseo de aprovechar la existencia a través del amor: La última costa.
- Claudio Rodríguez: En Don de la ebriedad muestra entusiasmo ante la vida y la tierra, el mundo campesino en Conjuros, y busca la armonía personal con el cosmos en Casi una leyenda.