Poesía Española del Siglo XVI: Mística, Ascética y Culteranismo
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La Lírica Religiosa en el Siglo XVI
La segunda mitad del siglo XVI marca el auge de la lírica religiosa en España. Los sentimientos religiosos, impulsados por la Contrarreforma y respaldados por la Iglesia y la Corona españolas, adquieren una gran importancia. La literatura religiosa puede manifestarse en tratados en prosa sobre temas espirituales, pero también en poemas de honda espiritualidad, como los escritos por Fray Luis de León, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
La relación con Dios puede establecerse de dos maneras:
- Ascética: El poeta se esfuerza por perfeccionar su alma y conseguir la salvación y el encuentro con Dios, rechazando todo lo mundano y superficial.
- Mística: El alma de los elegidos por Dios entra en comunicación directa con Él. Todo místico debe haber sido asceta, pero no todos los ascetas llegan a tener experiencias místicas.
San Juan de la Cruz (1542-1591)
San Juan de la Cruz aunó en sus escritos tendencias que confluyen en el Renacimiento español de la segunda mitad del siglo XVI, combinando el fondo religioso con las formas propias del petrarquismo. San Juan vive y comunica sus profundas experiencias místicas, su encuentro con Dios. Para ello, el alma debe pasar por tres vías:
- La vía purgativa: El alma se aparta de las cosas terrenas para estar más cerca de Dios.
- La vía iluminativa: El alma recibe de Dios un saber que la ilumina.
- La vía unitiva: El alma se une a Él hasta el punto de confundirse ambos y llegar al éxtasis místico.
La obra principal de San Juan de la Cruz se condensa en tres poemas fundamentales:
- En su Cántico espiritual, San Juan presenta el encuentro y el diálogo entre Dios y el alma, simbolizados en el esposo y la esposa.
- Noche oscura del alma: La noche es el símbolo de las terribles pruebas que Dios envía al hombre para purificarlo.
- En Llama de amor viva, recurre a paradojas, porque es difícil expresar la mezcla de dolor y de placer que supone el encuentro con Dios.
Luis de Góngora y Argote (1561-1627)
Poeta cordobés que estudió cánones en Salamanca y vinculó desde muy joven su vida a la Iglesia. Fue capellán real de Felipe II y vivió en Madrid hasta que regresó a Córdoba, donde murió. Fue el máximo representante del culteranismo.
Su obra se divide principalmente en dos etapas:
- Primera etapa (anterior a 1610): Destacan sus composiciones de fácil comprensión y de carácter más popular que las culteranas, como las letrillas y los romances.
- Segunda etapa: Marcada por sus tres obras más ambiciosas: el Panegírico al duque de Lerma, la Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades. Refleja una poesía más difícil, con características distintivas de la poesía culterana:
- Uso de cultismos léxicos, sintácticos y semánticos.
- Perífrasis.
- Alusiones mitológicas.
- Figuras retóricas complejas, propias del Barroco.
- Recurso a la paradoja, dilogía y paronomasia.