Poesía Social de la Posguerra Española: Denuncia y Compromiso
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Poesía Social de la Posguerra Española
Contexto Histórico y Características
En la década de 1950, surge en España un movimiento poético de denuncia social. Poetas desarraigados, en respuesta a las injusticias de la posguerra, utilizan la poesía como un instrumento para transformar la sociedad. Esta poesía realista, de orientación narrativa y con una clara vocación comunicativa, prioriza el tema sobre la forma, optando por la sencillez y la repetición de estructuras, incluso acercándose al prosaísmo.
A pesar de la censura, esta corriente literaria floreció, aunque decayó a principios de los 60 al agotarse su realismo y denuncia.
Exponentes de la Poesía Social
Blas de Otero
Blas de Otero inicia su trayectoria con poesía religiosa (Cántico espiritual, 1942), para luego transitar por la poesía existencial (Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, fusionados en Ancia), donde explora la angustia ante la muerte y la soledad del yo poético. Su obra social incluye Pido la paz y la palabra (1955), En castellano (1960), Esto no es un libro (1963) y Que trata de España (1964).
Gabriel Celaya
Gabriel Celaya, tras una etapa existencial con obras como Movimientos elementales (1947) y Objetos poéticos (1948), se define como poeta social con Cantos iberos (1955), donde defiende la literatura como herramienta de lucha social. Posteriormente, regresa a la vanguardia con Mazorca (1962) y La linterna sorda (1964).
José Hierro
José Hierro, tras publicar en revistas republicanas y un periodo en prisión, reaparece con Tierra sin nosotros (1947) y Alegría. Con Quinta del 42 (1953) inicia su etapa solidaria. Obras como Cuanto sé de mí (1957), Libro de las alucinaciones (1964) y Cuaderno de Nueva York se alejan del realismo social, superando las limitaciones impuestas por la época.
Ángela Figuera Aymerich
Ángela Figuera Aymerich, desde la poesía desarraigada, denuncia la situación de las mujeres y su sufrimiento. Con motivos sencillos y cotidianos, su obra abarca desde lo intimista y existencialista en Mujer de barro (1948), Soria pura (1949) y Vencida por el ángel (1950), hasta la preocupación social en El grito inútil (1952) y Belleza cruel (1958).
Miguel Hernández
Miguel Hernández, en sus últimos años de vida, escribe Cancionero y romancero de ausencias, su obra cumbre de la posguerra. Este poemario intimista, de intenso lirismo, utiliza estrofas tradicionales que contrastan con sus obras anteriores. Incluye composiciones en versos de arte mayor, como los alejandrinos de Hijo de la luz y de la sombra.