La Polis y el Cosmos: Exploración de la Política, Física y Metafísica Aristotélicas
Clasificado en Filosofía y ética
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Política Aristotélica
Si bien la ética está orientada a la consecución de una vida feliz, esta solo puede lograrse dentro de la comunidad. El Estado, la ciudad (polis) es el objetivo principal de la política aristotélica. Para el estagirita, al igual que Platón, la esfera privada y pública están conectadas, generándose así el ciudadano (polités). El espacio natural del hombre, tanto en el campo teórico como en el práctico, es la polis: el ser humano es un animal social, racional. Fuera de la polis solo puede vivir alguien que sea más que un hombre (un Dios) o menos que un hombre (animal). Así, solo el hombre posee logos, ya que los animales manifiestan dolor o placer, pero la palabra es capaz de expresar lo justo e injusto, lo bueno y malo, consideraciones que solo tienen sentido en la comunidad. Además, el individuo aislado no es autosuficiente.
Las comunidades que establece son naturales y anteceden al individuo de la misma manera que el todo antecede a las partes. De menor a mayor, existen tres tipos de comunidades:
- La familia, que tiene por objetivo la satisfacción de las necesidades cotidianas y está constituida por el marido, la mujer, los niños, los esclavos e incluso los animales. Las relaciones entre ellos también son naturales; así, el emparejamiento entre hombre y mujer para la procreación, las relaciones entre padres e hijos y, finalmente, el impulso de unirse del que por naturaleza domina (amo) y el que tiende a ser dominado (esclavo). Los esclavos son herramientas vivas, destinadas a crear riqueza y sostener la existencia de los ciudadanos, mientras que las mujeres, al no tener razón, no llegarán a la felicidad.
- La aldea nace de la agrupación de familias para satisfacer las necesidades básicas que necesitan de una producción colectiva.
- Finalmente, la polis o Ciudad-Estado, es la agrupación más perfecta, ya que es autosuficiente, siendo así la culminación (telos) de toda comunidad, donde los varones libres naturales de la polis pueden alcanzar la felicidad que es el origen del bien común.
Los distintos regímenes políticos deben estar destinados a este fin y se dan incorrectos si persiguen sus propios intereses. En la Política, Aristóteles hace un repaso de los distintos tipos de constituciones del mundo conocido. Existen así tres tipos de constituciones buenas y tres malas según el respeto a las leyes y al bien común:
- A la forma recta de la monarquía le corresponde la desviada de la tiranía.
- A la forma justa de la aristocracia, la injusticia de la oligarquía.
- Finalmente, una democracia razonable, restringida, se opone a una democracia irracional y demagógica.
Física y Metafísica Aristotélicas
La physis es aquello que tiene en sí mismo un principio de movimiento o estancia. Al igual que Platón, afirma la existencia de los universales, pero están entre la forma (morphé) y la materia (hyle). La realidad consta de un carácter hilemórfico. Por un lado, la materia posee un sustrato indeterminado y eterno. Es pura potencia y, por tanto, el principio de individuación del mundo físico: la materia primigenia (prote hyle). Por otro lado, la materia no puede existir sin la forma universal y, por tanto, eterna. Existe así una forma sin materia, acto puro, que el estagirita identifica con el primer motor inmóvil (Dios).
De aquí parte el compuesto sustancial o materia segunda, formado por los cuatro elementos que, a su vez, componen elementos químicos. Nos encontramos así con entes que poseen movimiento, que existen en un momento determinado, en acto; a su vez, poseen un no ser relativo o potencia, la cual contiene las posibilidades de ser de los entes. Entre potencia y acto se dan una serie de movimientos o cambios, como el cambio sustancial, que implica un cambio de especie, o el cambio accidental (cambios cualitativos, cuantitativos o locales, no de especie).
Aristóteles identifica las causas o principios del movimiento con cuatro aspectos que pueden ser intrínsecos a la substancia, como la materia, que contiene la potencia, y la forma, que recibe el cambio en acto, o extrínsecos a esta, en donde la causa eficiente es el motor del movimiento y la final es el fin hacia el que cambia.
La cosmología aristotélica se divide en la zona sublunar, que permanece inquieta en el centro del cosmos, y la zona supralunar, referida a las esferas y los astros, compuestos de éter, los cuales se mueven de forma circular y son eternos, influyendo en el mundo sublunar.