Política Exterior y Conflictos en los Reinados de Carlos V y Felipe II
Política Exterior
Los Primeros Conflictos hasta 1530
Carlos V tuvo dos guerras contra Francia, con la que se disputaba el ducado de Borgoña y la hegemonía en la península Itálica.
Carlos también debió hacer frente al conflicto surgido con Alemania tras la ruptura de Martín Lutero con la Iglesia. Los príncipes alemanes apoyaban la Reforma de Lutero y ponían en duda la autoridad imperial.
Finalmente, se rechazó toda concesión al luteranismo. Desde ese momento, los príncipes protestantes alemanes se aliaron en la Liga de Esmalcalda contra el emperador.
La Política Imperial desde 1530
Intentaba frenar el dominio de los turcos otomanos por el Mediterráneo. Estalló la tercera guerra contra Francia, que impidió continuar con las acciones del Mediterráneo. Tras firmar una tregua con Francia, fracasó en Argel. La nueva guerra contra Francia concluyó precipitadamente al reanudarse el conflicto en el Sacro Imperio, donde la reforma luterana ganaba terreno. La rivalidad con la Liga de Esmalcalda derivó en guerra. En principio, la victoria imperial no posibilitó el entendimiento entre católicos y protestantes. Aprovechando que Francia le declaraba la guerra y que los otomanos amenazaban por Oriente, la Liga de Esmalcalda sorprendió al emperador, que casi cae prisionero.
El emperador concedió una amnistía a cambio de ayuda contra los franceses y otomanos. La Paz de Augsburgo concedió el derecho a imponer la religión que quisieran a sus súbditos. Con esto fracasó la Universitas Christiana. En 1556, Carlos V abdicó; su herencia de Borgoña pasó a su hijo Felipe.
Felipe II
La Monarquía Hispánica
Felipe II prosiguió una política de defensa a ultranza del catolicismo y de la hegemonía de la monarquía hispánica. Llevó a cabo tanto guerras contra religiosos como contra políticos. Esta oposición no fue solo exterior, sino que también contó con resistencias internas.
La conflictividad de su reinado favoreció el desarrollo del gobierno y la administración de la Monarquía. La figura central de esta administración fue el soberano.
Los Problemas del Reinado
Problemas en la Península Ibérica
Felipe II hizo frente a problemas internos. El primero fue la guerra de las Alpujarras, en la que los moriscos granadinos protestaban por no poder hablar árabe. Los rebeldes fueron derrotados y, tras la dura represión, los supervivientes se dispersaron por toda la península. Coincidiendo con esta guerra, el príncipe Carlos fue acusado de conspirar contra su padre. Fue detenido, procesado y encerrado. Debido a la conflictividad entre Aragón y Castilla, tuvieron lugar las alteraciones de Aragón. Antonio Pérez, aragonés, fue procesado por asesinato y por conspirar contra el rey. Huyó a Aragón y se acogió a la protección del Justicia Mayor frente a las órdenes reales. Felipe II ordenó su apresamiento por la Inquisición. Pérez huyó a Francia y Felipe ocupó Aragón e impuso la posición eminente de la figura real. Felipe II reclamó la Corona de Portugal, apoyado por la nobleza y el clero, con la oposición de burgueses y grupos populares. Invadió el reino y las Cortes de Thomar lo reconocieron como rey, y Portugal se incorporó a España.