Positivismo Clásico en Sociología: Aportes Fundamentales de Saint-Simon y Comte
Clasificado en Filosofía y ética
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Introducción: El Contexto del Iluminismo y la Revolución Francesa
El estallido de la Revolución Francesa marcó el desmantelamiento definitivo de las antiguas estructuras jurídicas. En el ámbito de las ideas, este período vio el auge de un movimiento cultural e ideológico trascendental: el Iluminismo del siglo XVIII. Esta corriente filosófica, que abarcó un gran número de países y tuvo su mayor apogeo en Francia, plasmó los avances del conocimiento científico, destacando el descubrimiento de leyes corroboradas mediante la experimentación. El Iluminismo sostenía la igualdad universal de la condición humana, defendía el respeto a derechos naturales inalienables (como la propiedad privada) y promovía la libertad política, configurando una cosmovisión teórico-filosófica fundamental para la época.
Saint-Simon: Precursor del Pensamiento Sociológico Positivista
Visión del Sistema Social y el Progreso
Claude-Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon (1760-1825), considerado un socialista utópico, concebía el sistema social como un sistema de ideas que progresa si se basa en una comunidad de ideas. Para Saint-Simon, la ciencia y la razón eran las garantías del progreso indefinido de la humanidad, y la producción se veía como un medio esencial para mejorar la vida de las personas.
Crítica Social y Búsqueda de Orden
Saint-Simon criticaba a la nobleza por considerarla improductiva, abogando por la aplicación de la racionalidad de la física a la administración, la producción y la política. En su visión de la sociedad moderna, el científico debía reemplazar al sacerdote, y el industrial al señor feudal, reflejando un cambio en las estructuras de poder y autoridad.
Reconoció el conflicto social, las injusticias y desigualdades de su tiempo, y buscó un orden estable y definitivo para una Francia convulsionada por la revolución. Saint-Simon constituyó una corriente de pensamiento fundamental para la sociología. Durante el período histórico entre los siglos XVII y XVIII, la evolución científica, el impacto generado por la Reforma Protestante, el desarrollo de la clase social burguesa y el creciente auge del pensamiento racional que desembocó en el movimiento crítico del Iluminismo, erosionaron gradualmente los pilares del «orden integrado» característico de la Edad Media. En la visión sansimoniana, la ciencia debía tener una actitud constructiva y aportar a la creación de un nuevo orden social.
Saint-Simon analizó la situación sociopolítica posrevolucionaria, preocupado por los conflictos derivados de la división moderna del trabajo y la posibilidad de restaurar el Antiguo Régimen. Le preocupaba esencialmente la inequidad social del nuevo orden económico-productivo y las condiciones laborales y de vida degradadas de los trabajadores. Según Saint-Simon, una sociedad más justa debería ser regida por el sistema industrial, lo que provocaría una unidad integradora, avalada por valores positivos que integrarían los valores tradicionales.
Auguste Comte y la Consolidación del Positivismo Clásico
Aunque el texto original atribuye las "tres etapas" a Saint-Simon, es Auguste Comte (1798-1857), discípulo de Saint-Simon y figura central del positivismo, quien formuló explícitamente la famosa Ley de los Tres Estadios, que describe la evolución intelectual de la humanidad:
Estadio Teológico
En esta etapa, el hombre dirige su mirada hacia la naturaleza íntima o causa última de las cosas. El modo de filosofar teológico interpreta los acontecimientos del universo como actos de voluntad singular y directa de seres reales o imaginarios, poseedores de vida o inteligencia.
Estadio Metafísico
Aquí, los actores divinos son sustituidos por fuerzas o identidades abstractas personificadas, capaces de engendrar por sí mismos los fenómenos observados. Los hechos son explicados mediante abstracciones realizadas, marcando una transición del pensamiento puramente teológico.
Estadio Positivo
Este estadio representa el abandono de la búsqueda de nociones absolutas o del «primer motor». El conocimiento se limita a descubrir, mediante el uso combinado del razonamiento y la observación, las leyes invariables que rigen los fenómenos. Es la etapa de la ciencia y la objetividad.
La Sociología como Ciencia Positiva
La concepción positivista, impulsada por Comte, se presenta como una alternativa controlada y moderada que reconceptualiza sus componentes «críticos-negativos» en dirección a un ordenamiento positivo. La nueva disciplina, que Comte denominó Sociología (inicialmente «física social» o «higiene social»), buscaría dotar de un criterio analítico riguroso al estudio del comportamiento de los hombres en su interacción colectiva, equiparable a las ciencias exactas y apartándose de las especulaciones metafísicas.
Las ciencias fácticas son el soporte natural de la sociología en un estadio avanzado, donde el hombre solo conoce fenómenos, expresados bajo la forma de leyes invariables. Es importante señalar que, si bien Saint-Simon sentó muchas bases, no avanzó tan profundamente como Comte en la sistematización del método de la fisiología social o sociología.