El Postimpresionismo: Pioneros de la Modernidad Artística y su Legado en las Vanguardias

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El Postimpresionismo marcó un punto de inflexión crucial en la historia del arte. Los artistas de este movimiento recuperaron el interés por el color, el volumen y la línea. No obstante, hicieron un uso subjetivo, simbólico y expresivo tanto de la línea, la forma, la pincelada o el color, lo que condujo a un progresivo alejamiento del concepto de la pintura como mímesis de la realidad. Este cambio fundamental abrió el camino a nuevas formas expresivas, que desembocarían en las Vanguardias y la Abstracción del siglo XX.

En general, sus temas también variaron significativamente: no solo se representaron escenas y paisajes, sino que abundaron los retratos, los temas religiosos, los simbólicos y los bodegones. La búsqueda de un nuevo lenguaje ya se hizo notar en los llamados Neoimpresionistas, quienes trataron de recuperar las formas y el volumen que el Impresionismo había prácticamente disuelto y compusieron sus pinturas mediante pequeños puntos o pinceladas de color.

Paul Cézanne: La Búsqueda de la Estructura y la Esencia

Paul Cézanne es una figura central del Postimpresionismo. Sus principales temas fueron los paisajes, los bodegones y los retratos. Trató de reconstruir la forma —que los impresionistas habían diluido— a través del color. Buscó lo permanente, lo perdurable en la realidad: su estructura, su forma. Su deseo era buscar su esencia, reconstruirla, y sus formas geométricas más simples.

En sus cuadros, investigó y experimentó la simplificación de las formas, acercándose a la pureza geométrica absoluta y recuperando el volumen al reducir las formas a esos volúmenes geométricos simples. En lugar de utilizar el tradicional modelado, empleaba planos y superficies de color uniforme.

También se interesó por nuevos modos de representar el espacio pictórico, diferentes de la tradicional perspectiva lineal: no solo desaparecen los tradicionales puntos de fuga, sino que llegó a combinar en un mismo cuadro diferentes puntos de vista simultáneos. Rompió el tradicional espacio tridimensional de la pintura clásica y abrió el camino a la visión múltiple del Cubismo. Por ello, se le considera un antecedente directo del Cubismo e, incluso, de la Abstracción.

Vincent van Gogh: La Expresión del Alma a Través del Color

Vincent van Gogh convirtió la pintura en una prolongación de su espíritu atormentado, en un medio de expresión de sus sentimientos. Lo logró a través del empleo de recursos pictóricos disponibles, especialmente el color, la pincelada, la materia pictórica, la línea sinuosa, la deformación expresiva y la propia fuerza del trazo. Su obra es fundamental en el desarrollo del Expresionismo e incluso del Fauvismo.

En París, había asimilado y experimentado con colores puros y vibrantes, jugando con la complementariedad de los colores y empleando fuertes y agresivos contrastes entre ellos.

Hizo un uso violentamente psicológico y subjetivo del color, que se convirtió en vehículo de sus emociones y sentimientos. Para Van Gogh, el color no tenía por qué corresponderse con la naturaleza, sino que poseía ante todo una función simbólica y expresiva.

Su pincelada fue también muy expresiva, llegando a convertirse en una prolongación de su propio mundo interior: fuerte, enérgica, larga, sinuosa, ondulante, llegando en algunos casos casi a la espiral o a un aspecto flamígero. La materia pictórica se hizo también cada vez más abundante y pastosa.

Su pintura parecía animada por intensas emociones; la deformación expresiva se convirtió también en un medio de exaltar el sentimiento. Sugería vivencias internas, llegando a deformar la naturaleza y el paisaje, creando una naturaleza emotiva y empática.

Paul Gauguin: El Simbolismo y la Búsqueda de lo Primitivo

Para Paul Gauguin, el arte no debía reflejar la realidad física externa de las cosas, sino que era una recreación imaginativa del interior del artista y debía transmitir ideas. Sus temas eran simbólicos, alegóricos, con un cierto contenido espiritual.

Gauguin no se sentía a gusto con la sociedad europea de su época y rechazó también el arte de la tradición occidental, buscando su inspiración en culturas y estilos menos contaminados.

Exaltó la simplicidad formal y el uso simbólico del color del arte popular de carácter primitivo (como el de Bretaña), del arte medieval y de las culturas antiguas (Egipto) o exóticas (Polinesia). Valoró de modo especial la simplicidad y capacidad expresiva del arte de esas culturas.

En sus obras, renunció a la perspectiva tradicional, suprimió totalmente el modelado y empleó grandes manchas de fuertes colores planos y muy vivos, rodeadas por gruesos trazos sinuosos de aspecto primitivista, haciendo un uso arbitrario y simbólico del color. El color estuvo al servicio del significado simbólico o la idea del cuadro, sin someterse a la apariencia de la realidad.

Su obra tuvo gran influencia en los pintores Simbolistas, los Nabis y el Fauvismo.

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