Prácticas Religiosas y Roles Sacerdotales en la Antigüedad Greco-Romana
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El Culto: Carácter Comunitario y Social de la Religión Clásica
El carácter comunitario y social de la religión clásica se manifestaba en la realización de cultos oficiales y públicos en los que toda la comunidad participaba.
Los Sacerdotes en Grecia y Roma
En Grecia y Roma no había una casta sacerdotal, sino que el sacerdocio era una magistratura más y cualquier ciudadano podía ser nombrado sacerdote sin una preparación previa. Cabe destacar que en Roma los sacerdotes estaban agrupados en organizaciones sacerdotales encargadas de supervisar el culto. Los principales colegios sacerdotales eran:
Colegio de los Pontífices
Era el colegio más antiguo. En un principio se dedicaban a la construcción y el mantenimiento de los puentes. Adquirieron otras funciones como fijar el calendario, los días festivos, cuidar de los archivos jurídicos y religiosos, y dejar constancia de los sucesos ocurridos diariamente.
Colegio de los Flamines
Se encargaban de un dios en concreto y de sus cultos. Existían tres flamines mayores que se ocupaban de Júpiter, Marte y Quirino, y doce flamines menores al servicio de otras divinidades.
Colegio de las Vestales
Eran 6 sacerdotisas que cuidaban del fuego sagrado de la diosa Vesta.
Colegio de los Arúspices y los Augures
Se centraban en la adivinación. Los arúspices analizaban las entrañas de los animales y, a partir de lo que veían, interpretaban el deseo y la voluntad de los dioses. Los augures decidían si una determinada acción era conveniente o no mediante la observación del vuelo de aves y de los signos del cielo como rayos, truenos y relámpagos.
Plegarias y Sacrificios en la Antigüedad
Para poder comunicarse con los dioses era precisa una plegaria que solía estar acompañada de sacrificios.
La plegaria era una forma ritual realizada por el oficiante que seguía unas pautas preestablecidas, y los sacrificios consistían en matar algún animal sin defectos. Los sacrificios se llamaban incruentos si se ofrecían alimentos sólidos sobre el altar. Cuando en los sacrificios se producía derramamiento de sangre se llamaban cruentos. Cada dios tenía su animal. Eran sacrificios especiales el holocausto, en el que se quemaba todo el animal; la hecatombe, que requería el sacrificio de cien bueyes; y la suovetaurilia, en la que se ofrecía al dios Marte un cerdo.