Los Primeros Dos Mandamientos: Fundamentos de la Fe, la Adoración y el Respeto al Nombre de Dios
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Primer Mandamiento: “Adorarás al Señor tu Dios, y le servirás”
Este precepto establece la base de la relación del hombre con su Creador, exigiendo la acogida y la adoración del Dios único y verdadero.
- Dios se da a conocer recordando su acción todopoderosa, bondadosa y liberadora en la historia de aquel a quien se dirige: «Yo te saqué de Egipto, el país de la servidumbre». La primera llamada y la justa exigencia de Dios consiste en que el hombre lo acoja y lo adore.
- El Dios único y verdadero revela ante todo su gloria a Israel (cf. Ex 19, 16-25; 24, 15-18). La revelación de la vocación y de la verdad del hombre está ligada a la revelación de Dios. El hombre tiene la vocación de hacer manifiesto a Dios mediante sus obras humanas.
- El primero de los preceptos abarca las tres virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad.
Las Virtudes Teologales en el Primer Mandamiento
La Fe
- Nuestra vida moral tiene su fuente en la fe en Dios que nos revela su amor. Nuestro deber para con Dios es creer en Él y dar testimonio de Él.
- El Primer Mandamiento nos pide que alimentemos nuestra fe y rechacemos todo lo que se opone a ella, como: la duda voluntaria y la incredulidad.
La Esperanza
- La esperanza es aguardar confiadamente la bendición divina y la bienaventurada visión de Dios; es también el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo.
- El Primer Mandamiento se refiere también a los pecados contra la esperanza: la desesperación y la presunción.
La Caridad
- La fe en el amor de Dios encierra la llamada y la obligación de responder a la caridad divina mediante un amor sincero.
- Maneras de pecar contra el amor de Dios:
- La indiferencia: Descuida o rechaza la consideración de la caridad divina; desprecia su acción preveniente y niega su fuerza.
- La tibieza: Es una vacilación o una negligencia en la respuesta al amor divino.
La Adoración
- Adorar a Dios, orarle a Él y ofrecerle culto constituyen la obediencia fundamental del Primer Mandamiento.
Segundo Mandamiento: “No tomarás el Santo Nombre del Señor tu Dios en vano”
El Segundo Mandamiento prescribe respetar el Nombre de Dios, pues Él confía su Nombre a aquellos que creen en Él y se revela en ellos en su misterio personal.
- El fiel cristiano debe dar testimonio del Nombre de Dios, confesando su fe sin ceder al temor.
- El Segundo Mandamiento prohíbe abusar del Nombre de Dios y el juramento en falso.
- La Blasfemia: Consiste en proferir contra Dios, interior o exteriormente, palabras de odio, de reproche o de desafío; en injuriar a Dios o faltarle al respeto en las expresiones.
- El sacramento del Bautismo es conferido «en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». En el Bautismo, el Nombre del Señor santifica al hombre y el cristiano recibe su nombre en la Iglesia.