Principios de la física y enlace iónico

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Primera ley: Todo cuerpo libre, sobre el que no actúa ninguna fuerza, mantiene su estado de movimiento, ya sea en reposo, o ya sea en movimiento rectilíneo uniforme. (También llamada principio de Galileo.) El principio de inercia se cumple cuando no actúan fuerzas sobre un cuerpo o cuando las fuerzas que actúan se contrarrestan entre sí. En estos casos, es cuando decimos que el cuerpo está en equilibrio. Según esta ley, podríamos decir que el efecto de las fuerzas no es mantener el movimiento, como pensaba Aristóteles, sino modificarlo, es decir, acelerarlo. Una dificultad para que el principio de inercia se aprobara fue que los cuerpos en la Tierra no se mantienen nunca indefinidamente en movimiento. Todos los móviles pierden la velocidad y terminan parando. Se pensó que esta desaceleración podría ser provocada por falta de una fuerza. Pero Galileo razonó que era debido a otra fuerza que los frena. Estas fuerzas son las llamadas fuerzas de rozamiento, que si no fuera por estas los cuerpos de la Tierra se moverían indefinidamente.

Segunda ley de Newton: Todo cuerpo sobre el que actúa una fuerza se mueve de tal manera que la variación de su cantidad de movimiento respecto al tiempo es igual a la fuerza que produce el movimiento. En el que m es la masa, la fuerza y la aceleración. Las dos últimas son magnitudes vectoriales. Si varias fuerzas actúan simultáneamente sobre un cuerpo, también podremos aplicar la fórmula fundamental de la dinámica. En este caso, la fuerza que aparece en el primer miembro será resultante de todas las fuerzas a las que el cuerpo está sometido. La segunda ley de Newton incluye el principio de inercia.

El enlace iónico: Este enlace se produce cuando átomos de elementos metálicos (especialmente los situados más a la izquierda en la tabla periódica - períodos 1, 2 y 3) se encuentran con átomos no metálicos (los elementos situados a la derecha en la tabla periódica - especialmente los períodos 16 y 17). En este caso los átomos del metal ceden electrones a los átomos del no metal, transformándose en iones positivos y negativos, respectivamente. Al formarse iones de carga opuesta éstos se atraen por fuerzas eléctricas intensas, quedando fuertemente unidos y dando lugar a un compuesto iónico. Estas fuerzas eléctricas las llamamos enlaces iónicos.

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