Principios Fundamentales de Bioética y Evolución del Desarrollo Moral Humano

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Principios Fundamentales de la Bioética

Los principios esenciales de la bioética son:

  • No Maleficencia
  • Beneficencia
  • Autonomía
  • Justicia

1. No Maleficencia

Este principio implica evitar causar daño intencional o negligente, y no provocar dolor. Por ejemplo, evitar hacer heridas o usar material contaminado. Es fundamental mantener un equilibrio entre la intervención y la prevención del daño.

2. Beneficencia

Reconoce al paciente como una persona con dignidad, a quien se le debe procurar el bien y el bienestar. Esto requiere un esfuerzo personal y consciente por parte del profesional de la salud, poniendo todos sus conocimientos al servicio del paciente para su beneficio.

3. Autonomía

Consiste en reconocer que el paciente es una persona con capacidad de decisión y pensamientos propios. Si su autonomía está disminuida, el deber del profesional de la salud es protegerla y respetarla en la medida de lo posible.

4. Justicia

Este principio exige que el paciente reciba una atención digna, en igualdad de condiciones y con la misma calidad para todos. Debemos atender a todos nuestros pacientes por igual, más allá de su raza, religión, sexo, o cualquier otra característica.

Etapas del Desarrollo Ético Personal

Las etapas del desarrollo ético de las personas, según diversas perspectivas, se centran en preguntas fundamentales que nos acompañan a lo largo de la vida. Estas son:

  1. ¿Quién soy?
  2. ¿Qué debo hacer?
  3. ¿Qué sentido tiene la vida?

Estas etapas son cíclicas, permanentes y simultáneas a lo largo de la vida, aunque se acentúan en ciertas fases como la adolescencia, la edad adulta, la vejez o tercera edad, o en momentos de toma de decisiones importantes.

1. ¿Quién soy?

Esta pregunta, aunque no se desarrolla explícitamente en el texto original como un punto separado, se menciona como la primera de las tres. Implica la búsqueda de la identidad personal y la autoconciencia ética, sentando las bases para las decisiones y el propósito de vida.

2. ¿Qué debo hacer?

Esta etapa se manifiesta con mayor intensidad en la edad adulta y se relaciona con las alternativas, decisiones y opciones vinculadas al desarrollo de la vocación. Principalmente, se expresa en el ámbito laboral, donde se desarrollan capacidades y destrezas a través de los estudios y el trabajo. Se centra en preguntas como: «¿Qué hago?» o «¿En qué me desarrollo?».

3. ¿Qué sentido tiene la vida?

Esta etapa se desarrolla principalmente en la edad adulta y la tercera edad. Es una pregunta de síntesis que aborda los «¿por qué?» y «¿para qué?» de la existencia. Responder a esta cuestión ayuda a determinar el quehacer más apropiado, ya que, si este espacio no se llena de forma consciente, puede ser ocupado por comportamientos menos constructivos como el consumo desenfrenado, las adicciones o la depresión. Es crucial llenar la vida con propósitos que resuenen con nuestros valores.

Estas tres preguntas están presentes de forma permanente y circular a lo largo de toda la vida, influyendo directamente en nuestra forma de vivir y, por ende, en nuestra ética personal.

El Desarrollo Evolutivo del Sentido Ético

Algunos psicólogos sostienen que el sentido ético se desarrolla a través de un proceso evolutivo inherente a nuestro crecimiento, de manera similar a cómo nos desarrollamos en otros aspectos. Así como progresamos en el ámbito emocional y físico, también lo hacemos en el sentido moral y ético, transitando por diversas etapas a medida que crecemos.

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