El Proceso de Escritura: Fundamentos y Estrategias para una Redacción Eficaz
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El acto de escribir se compone de tres procesos básicos: hacer planes, redactar y revisar. También intervienen dos componentes fundamentales: la situación de comunicación y la memoria a largo plazo del escritor.
1. La Situación de Comunicación
Contiene elementos externos al escritor: el problema retórico y el texto que se va realizando.
El Problema Retórico
Es un conjunto de circunstancias que hacen que un sujeto decida escribir y que, a la vez, determinan su actividad. Los elementos de este problema retórico son: el tema, la audiencia y los propósitos. Cuando el autor ha fijado sus propósitos, debe analizar y valorar las características de la audiencia y del tema. Un análisis correcto de estos aspectos es el primer paso para componer el texto, que es la solución al problema retórico.
El Texto que se va Realizando
Es la respuesta o solución que se le da al problema retórico. Conforme se va escribiendo, el texto ya producido genera limitaciones y pasa a formar parte del contexto, de la situación de comunicación. Cada idea y cada palabra que se escribe determina las elecciones que puedan hacerse después: las ideas que todavía no se han escrito, las palabras que utilizaremos, etc.
2. La Memoria a Largo Plazo
Incluye todos los conocimientos que el escritor posee registrados y almacenados en su cerebro. En el caso de alumnos muy pequeños, los conocimientos almacenados en la memoria serán muy escasos todavía. Por todo ello, la intervención del maestro en el proceso de elaboración del texto se hace imprescindible. Las diversas fuentes de información a las que podemos acceder complementan la memoria a largo plazo en las situaciones reales de composición de un texto escrito.
La Escritura de las Letras
Es una actividad compleja que comporta dos tipos de dificultades:
- Dificultades motrices y perceptivo-motrices: la realización del trazado sobre un soporte y con un utensilio.
- Dificultades cognitivas: el conocimiento del trazado de los signos escritos.
Desde muy temprano, los niños se sienten motivados para escribir y tienden a imitar la escritura de los adultos. Aunque los niños ya dibujan letras de forma espontánea, no se negará la conveniencia de que se les enseñe su trazado correcto, pero no se considera conveniente hacerlo de forma aislada, descontextualizada y repetitiva. La enseñanza y la práctica en el trazado de las letras deberá hacerse siempre en escrituras reales.
3. El Proceso de Escritura
La composición del texto se desarrolla a través de diversos procesos y subprocesos que no se producen siempre en el mismo orden. El escritor va de uno a otro de forma recurrente según sus necesidades o costumbres.
Hacer Planes (Planificación)
El escritor elabora una representación mental de lo que quiere escribir y de cómo quiere hacerlo.
Generar
Da entrada a las informaciones que el escritor tiene almacenadas en la memoria y que va activando durante la composición en distintos momentos y con diversos propósitos.
Organizar
Clasificar los datos que emergen de la memoria o que se extraen de fuentes de información.
Formular objetivos
Elaborar y reelaborar los objetivos que dirigirán el proceso de composición.
En los primeros años, la planificación se hará en grupo. Los niños irán generando ideas diferentes. La planificación puede realizarse mentalmente, pero es mejor llevarla a cabo con un apoyo: mapas conceptuales, palabras clave, etc.
Redactar (Textualización)
El escritor transforma las ideas generadas en un discurso comprensible para el lector. Redactando se ponen en funcionamiento gran cantidad de conocimientos: algunos calificados de bajo nivel y otros de alto nivel.
Revisar (Revisión)
El escritor vuelve sobre lo escrito, releyéndolo y rehaciéndolo después en aquellos aspectos que considere necesario para mejorar el texto.
Planificar, redactar y revisar no suceden de forma lineal, sino que quien escribe recurre a ellas tantas veces como sea necesario.