Proceso de Formación de Orina, Intercambio Gaseoso y Respiración Celular
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Formación de la Orina
La formación de la orina implica la filtración de la sangre para expulsar las sustancias de desecho. También es el proceso fundamental para la regulación de la cantidad de agua en el organismo, función que realizan los riñones. Este proceso tiene lugar en las nefronas.
Filtración Glomerular
Los capilares del glomérulo contienen sangre que fluye con gran presión, debido a lo cual esta sangre atraviesa las paredes de la cápsula de Bowman y llega al túbulo proximal. Lo único que no se filtra son las proteínas de gran tamaño y los glóbulos rojos.
Reabsorción
La filtración glomerular deja a la sangre con muy poca agua y desprovista de algunas sustancias interesantes para el organismo. Una reabsorción posterior resulta, por tanto, imprescindible. Cuando el líquido filtrado recorre el túbulo renal, la sangre recupera gran parte de su contenido, sobre todo en el asa de Henle. El 65% del filtrado glomerular es reabsorbido, incluyendo parte del agua. Cuando la vejiga almacena cierto volumen de orina (unos 150 ml), el sistema nervioso central recibe información de este hecho, respondiendo con la sensación de necesidad de vaciado.
Intercambio Gaseoso
El intercambio gaseoso se realiza en los alvéolos pulmonares, donde las finísimas membranas de endotelio separan el aire de la sangre. La sangre que llega a los pulmones procede de los distintos tejidos, donde los glóbulos rojos han cedido gran parte del oxígeno (O2) que llevaban y se han cargado con el dióxido de carbono (CO2) como consecuencia de la respiración celular, por lo que será más pobre en O2 y más rica en CO2 que el aire contenido en los alvéolos, que es rico en O2 porque procede del medio ambiente por la inhalación. El O2 de los alvéolos pasa al torrente sanguíneo, en el que los glóbulos rojos se encargan de su transporte. El CO2 de la sangre se cede a los alvéolos para que lo expulsen mediante la exhalación.
Debido a dicho intercambio de gases, la sangre que llegaba a los pulmones cargada de CO2 se transforma en sangre rica en O2 y sale de los pulmones para ir al corazón para ser repartida a todas las células del organismo.
Transporte de Gases por la Sangre
Desde el corazón, el destino final del O2 es el interior de cada célula del cuerpo. En la sangre, los encargados del transporte de gases son los glóbulos rojos. Cada glóbulo rojo tiene en su interior cientos de moléculas de hemoglobina para transportar el oxígeno y el dióxido de carbono.
En los glóbulos rojos, el oxígeno es transportado por la hemoglobina unido al hierro y al grupo hemo. Cuando llega a los tejidos, la hemoglobina libera el oxígeno y se une al dióxido de carbono para transportarlo a los pulmones. Cuando el O2 llega a las células, se obtendrá energía a través de la respiración celular.
La Respiración Celular
La respiración celular es el proceso por el cual la energía química de los nutrientes orgánicos se libera para poder ser utilizada en actividades vitales. Se realiza en cada una de las células del organismo. Consiste en una serie de reacciones que se llevan a cabo sobre todo en las mitocondrias. Es un proceso oxidativo, en el cual se libera energía. En toda respiración celular debe haber una sustancia rica en energía que se oxide y al final del proceso se producirá energía.