La Proclamación del Reino de Dios: El Mensaje Radical de Jesús y las Bienaventuranzas

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La Proclamación del Reino de los Cielos por Jesús

Jesús predica y anuncia la llegada del Reino de los Cielos. Al hablar del Reino de los Cielos, Jesús ya no se refiere solo al pueblo judío, sino a todos los hombres del mundo que estén dispuestos a reconocer a Dios como el Rey de sus vidas. El Reino de Dios estará compuesto por todos los hombres que quieran vivir sujetos a una ley nueva: la Ley del Amor y el mensaje de las Bienaventuranzas.

La Naturaleza del Reino de Dios

El Reino de Dios es el gran regalo que nos trae Jesús; es la salvación que llega a nosotros para establecerse en esta tierra. El mundo ya no estará dominado por el pecado, porque el amor de Dios llega para reinar. Dios estará presente entre nosotros, no ya en una carpa, ni en un templo, sino en el santuario de nuestros corazones, y este es el motivo de la felicidad más grande.

Las Bienaventuranzas: El Camino para Vivir el Reino

Las Bienaventuranzas son los mensajes que nos da Dios, enseñándonos a vivir el Reino de Dios.

  • Felices los que tienen alma de pobres.
  • Felices los pacientes.
  • Felices los que tienen hambre y sed de justicia.
  • Felices los misericordiosos.
  • Felices los que tienen corazón puro.
  • Felices los que trabajan por la paz.
  • Felices los que son perseguidos por practicar la justicia.

El Reino de Dios como Tarea y Consumación

El Reino de Dios es una tarea porque ya está presente entre nosotros, pero cada uno está llamado a construirlo día a día con sus acciones. Todos tenemos que trabajar para que el Reino de Dios crezca hasta que llegue el día en que Dios sea todo en todos. Ese día no habrá más llanto, ni pobreza, ni odio en el corazón de los hombres. Ese día, el Reino de Dios habrá llegado a su plenitud.

Construyendo el Reino en la Sociedad

El Reino de Dios se construye cuando construimos nuestra patria. Jesucristo quiere que lo hagamos presente trabajando para edificar una nación donde se respeten los derechos de la persona, donde todos reciban educación, tengan techo y comida, donde todos sean tratados como hijos de Dios y vivan como hermanos.

El Mensaje Radical y la Oposición

El mensaje de Jesús es radical: invita a vivir de una manera nueva, dejándolo todo por seguir sus enseñanzas. Durante su vida en la tierra hubo quienes reconocieron en sus palabras y en sus obras la Presencia Misteriosa de Dios que actuaba. Algunos lo reconocieron como el Salvador prometido; otros no.

Muchos de los más poderosos del momento no creyeron en él y vieron en sus palabras una blasfemia, una pretensión arrogante, ya que nadie podía llamarse a sí mismo Hijo de Dios. Estos se opusieron a su mensaje, se ensañaron con él y no pararon hasta darle muerte.

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