Propiedades Esenciales del Signo Lingüístico: Un Recorrido Detallado

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Características Fundamentales del Signo Lingüístico

El signo lingüístico, concepto central en la lingüística moderna, posee una serie de propiedades intrínsecas que definen su naturaleza y funcionamiento. Comprender estas características es esencial para desentrañar cómo el lenguaje estructura nuestro pensamiento y comunicación.

1. Solidaridad

Tanto el significado como el significante se necesitan mutuamente para que exista el signo lingüístico. Así, una cadena de sonidos que no se asocie a un significado no constituye un signo lingüístico. Por otro lado, un significado no es transmisible si no es a través de un significante, de ahí que se necesiten mutuamente.

2. Arbitrariedad

Arbitrario significa inmotivado; surge por un convenio entre los hablantes de una comunidad. Si observamos un determinado signo lingüístico, se percibe que la sucesión de sonidos que forman el significante no tiene ninguna relación natural con el concepto que evoca. Por lo tanto, se podría haber elegido otro significante para el mismo concepto.

3. Articulación

Por articulado entendemos que el signo lingüístico está compuesto por unidades más pequeñas y es divisible. Martinet fue el primero que habló de la doble articulación:

  • Unidades de la Primera Articulación: El signo se puede dividir hasta llegar al mínimo dotado de significado y de significante, que son los monemas. Estos pueden ser libres o trabados:
    • Libres: Cuando el monema coincide en su totalidad con la palabra (ej. "sol").
    • Trabados: Las palabras compuestas por dos o más monemas (ej. "cant-ar", donde "cant-" es el lexema y "-ar" es el morfema).
  • Unidades de la Segunda Articulación: Son los fonemas. Los monemas están compuestos por otras unidades mínimas de expresión, carentes de significado por sí solos, cuya función es distintiva pero no significativa, ya que hacen que un monema se distinga de otro (ej. /p/ y /b/ en "pato" vs. "bato").

4. Linealidad

Existe una sucesión en el tiempo y en el espacio; los signos no pueden superponerse entre sí. El carácter lineal de los signos supone que siempre aparecen al relacionarse para formar mensajes, constituyendo una cadena: la cadena hablada. Esta implica la sucesión de un signo tras otro, tanto en el tiempo como en el espacio.

5. Discreción

Se refiere a la oposición de un signo a otro, lo que permite distinguirlos claramente. Cada signo es una unidad discreta, distinta de las demás. Por ejemplo, en el campo semántico del tiempo del día, "alba" se opone a "mañana", "tarde", "ocaso" o "noche", cada uno con límites definidos.

6. Oralidad

El signo lingüístico es fundamentalmente oral. La escritura es un sistema secundario, un sustituto del oral. Las lenguas son procesos semiológicos orales y existen independientemente de su representación escrita.

7. Relaciones Sintagmáticas y Paradigmáticas

El signo lingüístico no existe de forma aislada, sino que se relaciona con otros signos de dos maneras principales:

  • Sintagmáticas: Son relaciones en horizontal, las de sentido que cada signo mantiene con los restantes signos dentro de una oración o secuencia. Los signos se suceden entre sí formando una cadena en la línea del tiempo debido a la linealidad, pero, a la vez, se relacionan entre sí para construir un mensaje coherente.
  • Paradigmáticas: Son relaciones en vertical. Un determinado grupo de palabras forma parte de una categoría (por ejemplo, sustantivos, verbos), dando lugar a un paradigma de elementos intercambiables entre sí en un mismo contexto sintáctico (ej. "El perro ladra" vs. "El gato ladra"). Estas relaciones son cruciales para la selección léxica y la variación estilística.

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