La Prosa Barroca Española: Géneros, Autores y Obras Clave del Siglo XVII
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La Prosa del Barroco: Transformación y Esplendor en el Siglo XVII
Durante el siglo XVII, los ideales del Renacimiento experimentaron profundas modificaciones que generaron fuertes tensiones sociales. La literatura barroca no fue ajena a estos cambios, reflejándolos en su evolución:
- Desaparición de las novelas de caballerías, las pastoriles y las moriscas.
- La novela picaresca alcanzó su máximo esplendor.
- Surgimiento de la novela alegórica como una gran novedad.
Acorde con la mentalidad de la época, la prosa satírica, la costumbrista, la moralizante y la doctrinal también alcanzaron un notable esplendor.
La prosa barroca se estructura en dos grandes apartados:
- Prosa narrativa: dividida en novela picaresca, satírico-costumbrista y filosófico-alegórica.
- Prosa crítica y moral: que incluye la satírica, didáctico-moral, política o de crítica literaria.
La Prosa Narrativa Barroca: Un Recorrido por sus Géneros
La Novela Picaresca
La delimitación de la novela picaresca se logra con Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán. Esta obra afianzó la estructura novelesca de El Lazarillo: ficción autobiográfica, sucesión episódica, explicación de una situación final, origen deshonroso y la lucha por la supervivencia.
Mateo Alemán añadió otras características que definieron este género:
- Intención moralizadora: el texto insertaba, en medio de la acción, sucesivos discursos moralizantes que generaron un proceso de “desnovelización”.
- La amargura y el sarcasmo, derivados del pesimismo, sustituyeron al humor.
- La actitud social crítica, que reflejaba una imagen más despiadada de la realidad, reemplazó a la crítica benévola.
- El realismo se transformó en una estilización deformante.
- La naturalidad lingüística dio paso a nuevas orientaciones retóricas barrocas.
En El Buscón, Francisco de Quevedo brilló de modo particular en dos sentidos:
- Rompió con el modelo de novela picaresca al presentar personajes caricaturescos y evitar las intenciones moralizantes.
- Acumuló en el texto toda la riqueza de recursos retóricos barrocos, poniendo a prueba la capacidad comprensiva del lector.
En esta obra, la ficción autobiográfica del protagonista selecciona episodios de su vida de forma cronológica y retrospectiva, secuenciada en tres libros desde su nacimiento hasta su huida.
La Novela Satírico-Costumbrista
La sátira de las costumbres de la época está representada por El diablo cojuelo, de Luis Vélez de Guevara. En esta obra, un estudiante libera a un diablo encerrado en una botella, y este, a cambio, le permite contemplar la vida social de Madrid destapando los tejados de las casas.
La Novela Filosófico-Alegórica
Baltasar Gracián es el representante indiscutible de este género. En sus primeras obras publicadas firmó con un seudónimo, dado que no podía escribir sobre asuntos que no fueran estrictamente religiosos.
Su obra más célebre es El Criticón. Esta obra culminó el proceso de desnovelización con sus digresiones morales, un proceso iniciado por obras como El Buscón con su tratamiento caricaturesco:
- Utilizó la estructura de las novelas bizantinas para narrar la peregrinación de sus protagonistas por diferentes tierras, concebidas como lugares alegóricos que se correspondían con las cuatro edades de la vida.
- Sustituyó el realismo por el simbolismo y la reflexión filosófica sobre la existencia, lo que se tradujo en una visión pesimista del mundo y la concepción de la vida como una lucha llena de trampas.
- Llevó el lenguaje a la máxima expresión del artificio barroco y del juego verbal.