Protocolo Operacional de Respuesta: Las Cuatro Fases de la Gestión de Emergencias
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Fases Operacionales en la Respuesta a Emergencias
La gestión efectiva de una emergencia se estructura en una secuencia lógica de fases, diseñadas para garantizar una respuesta positiva, activa y adaptada a la situación de crisis.
Fase I: Alerta
Definida como la actitud de «en espera y listos» para afrontar de forma positiva, activa y adaptada la situación de emergencia. Esta fase incluye:
- Tener un sistema de recepción de avisos eficiente.
- Que la población pueda comunicar las emergencias de forma directa y fácil durante las 24 horas.
- Que el sistema sea capaz de dar una respuesta adecuada en un margen de tiempo aceptable.
- El teléfono de emergencias 112 es el centro coordinador dotado de un sistema de comunicaciones seguro y personal entrenado.
- Disponer de equipamientos y vehículos suficientes, con la tecnología necesaria y que estén en todo momento equipados y listos para su uso.
- Disponer de un equipo de profesionales entrenados y con los conocimientos necesarios.
Fase II: Alarma
Esta fase inicia la puesta en marcha del sistema de respuesta. Incluye:
Análisis de la Llamada de Alerta
Se realiza un interrogatorio dirigido para determinar:
- El lugar y el motivo de la emergencia.
- El número de víctimas y su estado.
- La localización y disponibilidad de los recursos más cercanos.
- La orden de intervención.
Posteriormente, se procede a la movilización del equipo y el material necesarios para la intervención.
Fase III: Aproximación
Es la fase en la que se accede al lugar del siniestro. Presenta las siguientes características:
- La aproximación se debe hacer por el camino más seguro, más rápido y más corto, siguiendo este orden de prioridades.
- Los equipos de seguridad y rescate (Policía, Bomberos, Protección Civil) facilitarán la aproximación.
- Una vez en el punto de asistencia, lo primero es evaluar la situación y adoptar las medidas de protección necesarias. Entre las que se incluyen:
- Medidas pasivas: Señalización acústica y luminosa, uniformes reflectantes, cascos, etc.
- Medidas activas: Mantener las distancias de seguridad, desconexión de circuitos eléctricos, prevención de explosiones, incendios o derrumbes, etc.
Fase IV: Aislamiento
Durante esta fase se procede a:
- Acotamiento y zonificación del lugar, balizando la zona en prevención de nuevos accidentes y controlando al mismo tiempo el acceso de espectadores al lugar del siniestro.
- Se debe realizar una segunda evaluación de las dimensiones y el alcance real de la emergencia para poder estimar el apoyo necesario.
- Se debe informar al centro de coordinación de los siguientes aspectos:
- Las dimensiones del accidente.
- El número de víctimas.
- Los recursos que hay en la zona.
- Los riesgos asociados.
- Las necesidades de refuerzos.
- Las necesidades de servicios de apoyo.
- Las rutas y los puntos de acceso preferentes.