Los Pueblos Prerromanos y la Romanización de la Península Ibérica

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Los Pueblos Prerromanos

Diversos pueblos mediterráneos, provenientes del centro de Europa, llegaron a la Península Ibérica en la época prerromana. Este periodo se caracterizó por un notable desarrollo, con poblados más grandes y fortificaciones más sólidas, lo que indicaba la estabilidad alcanzada gracias a la trilogía mediterránea: vid, olivo y cereal.

Principales Pueblos Prerromanos:

Iberos:

Este conjunto de pueblos se extendía por el litoral levantino. Entre sus características comunes destacan:

  • Aculturación basada en el comercio.
  • Sociedad organizada en castas.
  • Escritura aún sin identificar.
  • Fuerte religiosidad, con destacados ajuares funerarios y obras como la Dama de Elche.

Celtiberos:

Estos pueblos de origen indoeuropeo con influencias iberas se caracterizaban por:

  • Ser guerreros.
  • Menor aculturación debido a su lejanía de la zona de comercio.

Fenicios:

Se establecieron en el sur de la península, una zona rica en cobre, plata y oro, y estratégicamente ubicada en la ruta del estaño. Fundaron colonias comerciales como Gadir, Sexi y Malaca, establecieron factorías y promovieron un proceso urbanizador con calles regulares y fortificaciones.

Griegos:

Fundaron enclaves como Emporion y Rosas, estableciendo contactos comerciales y culturales con los pueblos indígenas. Desarrollaron ciudades organizadas en cuadrícula y establecieron factorías. Su decadencia coincidió con el auge de los cartagineses.

Cartagineses:

Fundaron enclaves como Cartago Nova y su presencia en las Guerras Púnicas propició la llegada de los romanos.

Tartessos:

Tuvieron dos etapas: una coincidente con el final de la Edad del Bronce y otra de máximo esplendor, marcada por el contacto con los fenicios. Su principal fuente de recursos era la minería de plata y bronce. Poseían una escritura aún sin descifrar y una religión politeísta.

Conquista y Romanización de la Península

La conquista romana de la Península Ibérica se divide en cuatro etapas:

Primera Etapa (218-205 a.C.):

Victoria de Roma sobre Cartago en la Segunda Guerra Púnica. Roma sustituye a Cartago como potencia dominante en la zona. El ataque a Sagunto provoca la intervención romana en la península.

Segunda Etapa (205-133 a.C.):

Sometimiento del interior peninsular. Enfrentamientos con lusitanos y celtiberos, especialmente en Numancia. Las fronteras romanas se expanden hasta la Cordillera Cantábrica.

Tercera Etapa (133-29 a.C.):

Guerras civiles en Roma. Consolidación del proceso de romanización en Hispania.

Cuarta Etapa (29-19 a.C.):

Sometimiento de las montañas del norte. Fin de la conquista de Hispania. Se establece la Pax Romana. Se fundan ciudades con carácter defensivo como Astorga y León.

La Romanización:

La romanización fue el proceso por el cual la población hispana adoptó los modos de vida romanos. Se transformaron poblados en ciudades romanas, conectadas por una red de calzadas. La presencia romana introdujo el latín, la religión cristiana y el derecho romano. Destacan las obras de ingeniería como puentes y acueductos.

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