Puertos de Bilbao y Cantabria: Historia, Desarrollo y Logística Marítima
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La Importancia Estratégica de los Puertos en la Región Cantábrica
Los puertos de la Región Cantábrica (RC) poseen tanto rutas internacionales, como los de Bilbao y Gijón, como importantes puertos pesqueros.
La creciente necesidad de espacio para almacenar mercancías impulsa la expansión portuaria. Estos enclaves son fundamentales para el desarrollo regional, ya que históricamente han sido la principal vía de conexión del norte del país con otros puertos nacionales e internacionales.
Evolución Tecnológica y su Impacto en el Desarrollo Portuario
Los avances técnicos en navegación fueron clave para el impulso y crecimiento de los puertos. Hasta el siglo XIX, la navegación se realizaba principalmente a vela. Con la llegada de la máquina de vapor, los barcos pudieron soportar mayores cargas, lo que a su vez demandó puertos de mayor tamaño y capacidad. El Puerto de Bilbao, por ejemplo, completó su infraestructura moderna a principios del siglo XX.
La aparición de los astilleros fue crucial para la reparación y construcción de embarcaciones. Sin embargo, de todos los cambios en la logística portuaria, el más significativo fue la introducción de los contenedores, que revolucionaron el transporte al permitir una carga y descarga eficiente tanto en barcos como en ferrocarriles y camiones, facilitando la intermodalidad.
El Puerto de Bilbao: Un Eje Histórico y Económico
Desafíos Iniciales y Primeras Transformaciones
El Puerto de Bilbao enfrentó grandes dificultades geográficas. Su acceso requería navegar por una ría sinuosa, en ocasiones estrecha y con un fondo de cantos de río. Al igual que en Gijón, durante el siglo XIX, la salida del puerto dependía de la pleamar. En aquella época, se importaban productos locales como la lana y se traían mercancías de otros puertos de Europa, con una presencia menor de productos de América.
La Construcción y Expansión a lo Largo del Tiempo
Los primeros cambios significativos en la infraestructura del puerto se produjeron en 1877 con la construcción del muelle de Portugalete. Progresivamente, el trazado de la ría se fue rectificando hasta Bilbao para facilitar el acceso de grandes buques. Para esta fecha, el puerto ya permitía la entrada a todas las embarcaciones de la época.
El Puerto de Bilbao se preparaba para el gran desarrollo industrial y minero, y la consecuente intensificación del transporte de mercancías. Por ello, se tomó la decisión estratégica de expandir el puerto hacia el mar. Este fue un cambio sustancial, ya que permitió que los barcos de mayor calado atracaran en las afueras, reduciendo notablemente los problemas de acceso a la ría. Este nuevo puerto sirvió a la ciudad de Bilbao durante todo un siglo, soportando el despegue industrial (especialmente de la siderurgia) y la minería. En el muelle de Barakaldo se ubicaron los cargaderos para el transporte de mineral. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el comercio principal del Puerto de Bilbao consistía en la exportación de mineral de hierro y la importación de carbón inglés.
Declive, Resurgimiento y Modernización
Durante los años 20 y 30, el puerto no experimentó un crecimiento significativo debido al declive de la siderurgia. Sin embargo, en los años 50, con el despegue de la industria siderúrgica española, el Puerto de Bilbao recuperó una gran relevancia, exportando principalmente chatarra y productos manufacturados.
En estos años, se llevó a cabo un dragado constante del fondo de la ría para permitir la llegada de barcos más modernos y de mayor tamaño. En los años 60, se acondicionó el muelle de Deusto para mejorar aún más las operaciones de dragado.
La Era del Superpuerto de Bilbao
También en los años 60, la instalación de Petronor en Muskiz condicionó significativamente la evolución del Puerto de Bilbao. Fue necesario adaptar la infraestructura portuaria para manejar este tipo de mercancía y para la llegada de superpetroleros. Por ello, se buscó una ubicación exterior a la ría para el atraque de estos buques. Se construyó un nuevo espigón fuera de la ría, donde se conectaron los oleoductos que transportan el petróleo hasta la refinería. Este fue el mayor cambio en la historia del Puerto de Bilbao, marcando su transformación en el Superpuerto de Bilbao. Aunque no está completamente concluido, se esperaba su finalización para el año 2020, con dársenas y muelles aún por construir.