Rabietas Infantiles: Causas, Prevención y Estrategias para Padres
Clasificado en Psicología y Sociología
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Comprendiendo y Abordando las Rabietas en Niños Pequeños
Supuesto: Óscar es un niño de 3 años que en clase se lleva muy bien con sus compañeros/as y con el educador/a. Sus padres, en cambio, comentan que el niño cada vez tiene más rabietas y pataletas, llora con fuerza, grita y hasta se echa al suelo cuando van por la calle o están en un lugar público. Se debe tratar de:
a) Explicar a los padres las posibles causas de este tipo de conductas.
Les explicaría que las rabietas se producen cuando el niño o niña desea algo y no lo obtiene por alguna circunstancia. Además, existen otros factores que pueden influir, como el hambre, el sueño o el malestar físico (estar enfermo/a). Es importante entender que, a esta edad, los niños aún no tienen desarrolladas las habilidades para gestionar la frustración o expresar sus emociones de forma verbal, por lo que recurren a la rabieta como forma de comunicación.
b) Darles algunas pautas para prevenir su aparición y para actuar cuando estas se produzcan.
Pautas para prevenir o disminuir la frecuencia de las rabietas:
- Procurar evitar situaciones que puedan generar frustración o facilitar la aparición de rabietas (hambre, sueño, exceso de estímulos, etc.).
- La escuela y la familia deben compartir normas razonables, claras y coherentes.
- Se deben mantener las normas para que el niño o niña tenga claros los límites.
- No reforzar los comportamientos disruptivos. El niño o la niña busca la atención de los adultos; si la recibe a través de las rabietas, se le está indicando que esta es la forma más efectiva de conseguir lo que desea.
- Enseñarle a verbalizar sus sentimientos y a expresar su frustración y enfado de manera adecuada, ofreciéndole vocabulario emocional.
- Se debe avisar al niño o niña con antelación sobre cambios en las actividades rutinarias, para que pueda prepararse.
Pautas para actuar durante una rabieta:
- Mantener la calma y evitar gritar.
- No intentar razonar con el niño/a en ese momento de descontrol emocional.
- No ceder a lo que el niño/a demanda durante la rabieta.
- Evitar ofrecerle algo que le guste para calmarlo, ya que podría asociar la rabieta con una recompensa.
- En las fases iniciales, puede ser eficaz intentar distraer al niño/a desviando su atención hacia otra actividad u objeto.
- Si la rabieta persiste, se puede mantener una actitud de indiferencia (siempre que el niño/a esté seguro).
- En ocasiones, se puede aplicar la técnica del 'tiempo fuera', buscando un espacio seguro donde el niño/a pueda calmarse. Se recomienda un minuto por año de edad.
- Si la rabieta ocurre en un lugar público, procurar trasladar al niño/a a un sitio tranquilo. Si muestra una actitud violenta y es necesario, contenerlo físicamente (sujetándolo), pero sin hablarle ni mirarle.
- Una vez finalizada la rabieta, no se debe castigar ni regañar. Es importante ofrecerle seguridad y afecto (sin excesos), y posteriormente, ayudarle a reflexionar sobre lo sucedido y a buscar formas alternativas de expresar su frustración.