El Raciovitalismo de Ortega y Gasset: Vida, Razón e Historia
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El Raciovitalismo de Ortega y Gasset
1. Idea de circunstancia
Tiene origen biológico: cada animal posee un mundo en torno específico. Sin embargo, el concepto de circunstancia de Ortega no es meramente biológico sino que tiene un sentido distinto y un contenido mucho mayor. Lo utiliza para explicar que el hombre no es un yo aislado del mundo que le rodea y en el que se encuentra, que solo a través del mundo puedo integrarme y ser yo mismo. Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. La circunstancia comprende el mundo exterior. Así, inseparable de mi yo, mi vida se hace con la circunstancia, es yo viviendo con, entre y en función de las cosas, yo soy inseparable de ellas y ellas de mí. Es algo que nos viene impuesto. Al ser humano, se le impone el mundo, las circunstancias: nace con un cuerpo que tiene características determinadas, en una determinada época, país, etc., pero lo que no se impone sino que tiene que decirlo él es cómo va a vivir esa vida que se encuentra en esa circunstancia determinada. La vida no está nunca prefijada sino que el hombre se ve forzado en todo a elegir entre posibilidades. El concepto de circunstancia sirve a Ortega para apartarse tanto del realismo como del idealismo. El realismo defiende que lo real y prioritario son las cosas en sí mismas, al margen del sujeto cognoscente. Para el idealismo, que surge con Descartes, la realidad que conocemos de modo inmediato y seguro no son las cosas en sí mismas sino el propio sujeto que conoce, la propia conciencia, el yo, el cual es concebido como sustancia. Ortega intenta superar ambas actitudes. La tesis de Ortega es que el fundamento absoluto de todo, no son las cosas ni la conciencia. La realidad primera a la que Ortega llama realidad radical es la de yo-con-las-cosas.
2. Razón vital
Ortega critica al realismo que dice que la realidad radical es el mundo exterior, el mundo cósmico compuesto de cosas y al idealismo que dice que la realidad radical es la conciencia o sujeto pensante. Para él, la realidad radical es la vida. Ortega critica al racionalismo. Esta crítica se centra en el racionalismo continental europeo de los siglos XVII-XVIII pero va dirigida contra todo racionalismo. Con Sócrates y Platón se realizó un descubrimiento: la razón. Se utiliza para conocer lo universal, lo que se da en definiciones. A partir de la modernidad, la razón se concibe de forma lógico-matemática como razón pura:
Se trata de una razón invariable, uniforme, que por sí sola, partiendo de sus propios principios y sin atender a nada externo, llega a conocer la realidad. A partir del siglo XVII el mundo de la razón, de los conceptos fijos, estables y eternos pretende suplantar al mundo de la espontaneidad, al mundo vital. Así el racionalismo pretende imponer a la realidad las estructuras de la razón y al hacerlo, se convierte en idealismo. Pero para Ortega la razón lógico-matemática es solo un tipo de razón pero no toda. Hay que concebirla de una manera menos pobre: la razón de tipo matemático es un caso particular de una forma más amplia y radical de razón que Ortega llama razón vital. Entiende la razón como la acción intelectual que nos pone en contacto con la realidad, con la vida. La crítica de Ortega al racionalismo no le convierte en un vitalista al estilo de Nietzsche, puesto que él no pretende reducir todo lo humano a la biología ni desvalorizar la razón. Ortega cree en la razón, reconoce su valor, pero la pone al servicio de la vida. Porque es la realidad radical, fundamental desde la que habría que justificar todas las demás realidades: raciovitalismo. La razón vital procura adaptarse a las exigencias de los hechos, acontecimientos, procura dejarse guiar por la realidad tal y como ésta es en toda su pluralidad y variedad de manifestaciones. Así, tiene un campo de conocimiento mucho más amplio que el que tenía la razón pura del racionalismo. Conceptos que expresan el vivir en su exclusiva peculiaridad:
- Vivir es el modo de ser radical. No es un concepto abstracto, mi vida es mi ser, individualismo. Vivir es ante todo, encontrarse en el mundo, percatarse, tener conciencia de que se vive.
- Pero no nos encontramos en el mundo de forma vaga, sino concreta: nos encontramos ocupados en algo, en contacto con las cosas.
- La vida es hallarse ocupándose en esto o lo otro, es un hacer. Pero todo hacer es ocuparse de algo para algo. Toda ocupación tiene una finalidad, de la cual ocupamos nuestra vida de forma determinada. La vida no está nunca prefijada, no está prevista.
- La vida es imprevista, posibilidad y problema. Yo decido hacer lo que hago: nada se nos da hecho, la vida es un quehacer que se decide libremente.
- La vida es anticipación + proyecto. Si decido es porque tengo libertad para, puedo escoger. Decidimos porque vivir es hallarse en un mundo no hermético sino que ofrece posibilidades.
- Las posibilidades no son en absoluto ilimitadas. La vida se presenta siempre bajo una disposición: el mundo de la vida es esencialmente circunstancial y el hombre ha de decidirse dentro de su circunstancia, asumiendo su circunstancia.
- Temporalidad. Si nuestra vida consiste en decidir: lo que vamos a hacer, quiere decirse que en la raíz misma de nuestra vida hay un atributo temporal: la vida es futurición.
- La vida es coexistencia o convivencia. El individuo aislado y la comunidad de tipo genérico son meras abstracciones. La realidad concreta es el individuo en comunidad vital con todos los demás individuos.
3. Razón histórica
La razón vital se concretiza en la razón histórica: no es que existan dos razones distintas, sino que la razón vital es, a la vez, razón histórica, porque la vida es temporalidad y en consecuencia comprende la realidad en su devenir. El hombre a diferencia de los demás seres vivos, no tiene naturaleza, porque en él nada es invariable. El hombre tiene historia porque la vida, la realidad radical, es un quehacer: tenemos que ir haciéndonosla a cada momento, eligiendo, entre posibilidades, lo que va a ser de ella. Si el ser humano es ante todo historia, la razón físico-matemática, no podría explicarlo: solo la razón histórica podría dar cuenta del mismo, así como del hacerse y sucederse de los hechos, del acontecer cultural, del surgimiento y muerte de valores. Es narrativa: para comprender algo humano, personal o colectivo, es preciso contar una historia. Para la comprensión utiliza conceptos como generación, sensibilidad vital, altura de los tiempos. Cada época se caracteriza por sus creencias, cultura, ideas, problemas, costumbres... En cada momento existen tres generaciones distintas: la emergente, la que está en su plenitud y la que va desapareciendo. Ahí la génesis del conflicto generacional, hecho que permite que pueda haber innovaciones o retrocesos en la historia, y en último término, épocas de crisis en que la historia se acelera, cuando son más fuertes las tensiones entre generaciones, exigiendo nuevas y grandes transformaciones, al pretender realizar proyectos y tareas históricas. Distinción entre ideas y creencias. Ortega dice que las ideas se tienen, son productos nuestros: las hacemos, propagamos, discutimos o desechamos pero en las creencias se está: en ellas vivimos, nos movemos y somos. Así mientras las ideas se refieren a lo que tiene que ver con nuestras ocupaciones intelectuales, las creencias operan ya en nuestro fondo cuando nos ponemos a pensar sobre algo y por eso no solemos formularlas.