La Realidad Humana: Cuatro Dimensiones de la Existencia y su Profundo Sentido
Clasificado en Filosofía y ética
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La realidad humana es el concepto de lo que vemos y sentimos, una construcción que, de alguna manera, depende del sujeto. No es plana, haciendo que no exista una sola realidad, sino distintas realidades. Se trata de una estructura compleja que se despliega en cuatro niveles, cada uno revelando una dimensión más profunda del ser.
Los Niveles de la Realidad Humana
1. El Nivel de los Objetos: Lo Tangible y Utilitario
El primer nivel es el de los objetos, perceptibles por los sentidos y superficiales: lo visible, lo manipulable, lo que podemos usar y controlar, que nos otorga información sobre la realidad. Aquí predominan la técnica y la utilidad. Sin embargo, si solo existiera este plano, el ser humano sería una cosa más entre las cosas.
2. El Nivel de los Ámbitos: El Encuentro y la Relación
El segundo nivel es el de los ámbitos, el espacio del encuentro y de la relación. Aquí aparecen los «tú» que nos constituyen, porque «yo soy un tú que me haces», pues el yo, para hacerse, necesita un encuentro. Cuando esto ocurre, se produce una experiencia de que la vida se ensancha, percibiéndose una energía, una amistad, un noviazgo o una relación enfermero-paciente. Esta dimensión relacional es bidireccional y generadora de respeto, estima y creatividad compartida.
3. El Nivel de los Valores: El Sentido Profundo de la Vida
El tercer nivel es el de los valores. Aunque su origen se encuentra en el ámbito de los encuentros (nivel 2), los valores se manifiestan como una dimensión propia. No se ven ni se tocan, pero son reales y estructuran el sentido de nuestra vida. La fidelidad, la justicia, la dignidad o la generosidad no se miden, pero sí se viven, y su fuerza orienta nuestras decisiones más profundas.
4. El Nivel del Misterio: La Trascendencia Inmanejable
Finalmente, el cuarto nivel es el del misterio, que surge por la conciencia de saber que no podemos manejar la realidad. Es una dimensión que nos desborda y no puede ser reducida, pues es trascendencia y, al no depender de mí, genera vértigo y éxtasis. La muerte, el amor, el dolor o la enfermedad nos recuerdan que la realidad es más grande que todo lo demás, nos invitan a la humildad, la apertura y la acogida.
Vivir en Tensión: Deseo Infinito y Límites Concretos
Esta visión de la realidad muestra que existir es vivir en tensión entre el deseo infinito y los límites concretos. Así, la realidad no solo nos revela, sino que también nos reclama, nos desafía a poner en juego nuestra libertad, nuestro deseo y nuestra vocación. Vivir es, entonces, caminar hacia un ideal que otorga a la vida profundidad y plenitud.