Entre el Realismo Mágico y el Postboom: Una Mirada a "La Casa de los Espíritus"
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El Realismo Mágico en La Casa de los Espíritus
En La casa de los espíritus, Isabel Allende recrea la vida de la familia Trueba-del Valle a lo largo de cuatro generaciones, al tiempo que reconstruye la historia de un país latinoamericano identificable con Chile, desde principios del siglo XX hasta mediados de la década de los setenta. Podemos entender La casa de los espíritus como una obra de transición entre la corriente del realismo mágico y la nueva narrativa hispanoamericana que dio en llamarse del postboom desde mediados de los 70. A partir de los años 40, para muchos escritores, las herramientas del realismo ya no son suficientes, pues no sirven para expresar el inexplicable misterio de la existencia. En este punto, los novelistas hispanoamericanos recogerán tanto las innovaciones formales de la narrativa europea del momento como los logros del surrealismo, y los combinarán. El aspecto esencial de esta nueva estética es la ampliación del concepto de lo "real", que pasa a la naturalidad. Es también muy importante la presencia de la naturaleza como una fuerza viva. Desde el punto de vista técnico narrativo son habituales la polifonía, la narración en primera persona, el reflejo de lo subjetivo, el tiempo desarticulado, cíclico, que vuelve sobre sí mismo y se proyecta hacia el futuro.
Se trata, en definitiva, de una narrativa intelectualista y experimental, que quiere atraer a una minoría de lectores cultivados. Por último, el realismo mágico pretende desarrollar la historia de largas sagas familiares. La casa de los espíritus se ajusta a algunos de estos rasgos. En primer lugar, la presencia de elementos fantásticos es una constante en la novela. Las fuerzas de la naturaleza están presentes en forma de terremotos devastadores o de la amenaza de una plaga de hormigas. Desde el punto de vista técnico, la novela recurre a la polifonía. Además, el tiempo interno de la historia se presenta desordenado. Sin embargo, la novela se distancia de las obras previas en otros aspectos. En primer lugar, no está presente el afán intelectualista de obras como Cien años de soledad. En segundo lugar, y aunque no se nombre a Chile, la novela se desarrolla claramente en ese país. Por último, está muy presente la denuncia política y social, que denuncia el golpe de estado del general Pinochet y la mentalidad brutal y patriarcal de la sociedad conservadora. En definitiva, La casa de los espíritus es una novela de transición, que es a la vez epígono del realismo mágico y de consolidación del postboom, corriente caracterizada, entre otras cosas, por alejarse del intelectualismo en favor de una narrativa de éxito comercial, dirigida a un público masivo.