Realismo, Simbolismo e Impresionismo: Tres Movimientos Artísticos Clave

Clasificado en Plástica y Educación Artística

Escrito el en español con un tamaño de 3,6 KB

Realismo

El Realismo surge después de la revolución francesa de 1848. El desencanto por los fracasos revolucionarios hace que el arte abandone los temas políticos y se concentre en temas sociales. La industrialización determinó la desaparición del artesanado y la formación de una numerosa población obrera. Con ello, las condiciones de vida económica y social sufren una alteración profundísima.

Los artistas toman conciencia de los terribles problemas sociales, como el trabajo de niños y mujeres, los horarios excesivos y las viviendas insalubres, y consideran que deben denunciar estas lacras. En vez de soñar con la mejoría de la vida, hay que especular partiendo de la realidad. El hombre es representado en sus tareas normales, y el tema de la fatiga se convierte en motivo de inspiración.

Quienes mejor manifiestan este cambio son los paisajistas de la Escuela de Barbizon, que a través del paisaje transmitieron la conquista de la realidad. Jean François Millet (1841-1875) fue uno de los máximos representantes de la Escuela de Barbizon. Se distinguió como paisajista, pero en sus paisajes no olvida nunca a los campesinos: humildes, cabizbajos, pesimistas y redimidos por el trabajo. Es el mejor intérprete de la vida campesina, del hambre y la miseria.

Simbolismo

El Simbolismo es un movimiento literario y de artes plásticas que se originó en Francia en la década de 1880, paralelo al postimpresionismo. Tanto el Impresionismo como el idealismo y el naturalismo académico se habían identificado con los problemas contemporáneos, políticos, morales e intelectuales. Los artistas de 1885, disgustados por la incapacidad de la sociedad para resolver estos problemas, buscaron nuevos valores basados en lo espiritual. Desean crear una pintura no supeditada a la realidad de su momento.

Se va creando un estado de decepción frente al positivismo y cientifismo imperante, y se descubre una realidad más allá de lo empírico. Schopenhauer defiende no el pintar el objeto en sí mismo, sino para trascender a otros ámbitos a través de la intuición y la contemplación.

Los simbolistas consideran que la obra de arte equivale a una emoción provocada por la experiencia. Tratan de exteriorizar una idea, de analizar el yo. Sienten la necesidad de expresar una realidad distinta a lo tangible y tienden hacia la espiritualidad.

Impresionismo

El objetivo de los impresionistas era conseguir una representación del mundo espontánea y directa. El Impresionismo parte del análisis de la realidad. Hasta ahora, la pintura reproducía un escenario en el que ocurría un acontecimiento que conformaba el mensaje para el espectador. Ahora, se quiere que la obra reproduzca la percepción visual del autor en un momento determinado: la luz y el color real que emana de la naturaleza en el instante en el que el artista lo contempla.

Se centrarán en los efectos que produce la luz natural sobre los objetos y no en la representación exacta de sus formas, ya que la luz tiende a difuminar los contornos. Ven colores que conforman cosas, formas compuestas por colores que varían en función de las condiciones atmosféricas y de la intensidad de la luz. Los impresionistas eliminaron los detalles minuciosos y tan solo sugirieron las formas, empleando para ello los colores primarios y los complementarios.

Manet

Manet se sitúa entre el realismo y el Impresionismo. Muchos han clasificado su estilo como naturalista porque se basa en la observación de la realidad y su plasmación sin alteración alguna.

Entradas relacionadas: