Recaredo y la Transformación del Reino Visigodo: De la Religión Arriana al Cristianismo Católico
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Recaredo y la Transformación del Reino Visigodo
Recaredo, segundo hijo de Leovigildo, fue quien le sucedió en el trono en el 586. Para culminar las actuaciones de su padre en el refuerzo de la autoridad de la monarquía, decidió atraer hacia sí a la población hispanorromana, católica, que se había mostrado siempre reticente con los gobernantes visigodos, de confesión cristiana arriana, que negaban la divinidad de Cristo. Leovigildo también intentó la unidad religiosa, pero bajo el arrianismo, lo que no prosperó.
La Conversión al Cristianismo Católico
En el 587, el rey daba testimonio público de su apoyo a la iglesia católica, pero no sería hasta el 589, celebrando el III Concilio de Toledo, cuando Recaredo hizo pública su fe católica, abjuró del arrianismo y convidó a toda su corte a secundarle.
De esta forma, se conseguía la unidad religiosa bajo el cristianismo católico. Con ello vendría la unificación jurídica de la población, que hasta ahora mantenía códigos legales diferentes. La iglesia católica, además, comenzó a participar en asuntos políticos.
Inestabilidad de la Monarquía Visigoda
Sin embargo, la monarquía visigoda siguió siendo inestable y propensa a las conspiraciones por el poder, y sería en una de estas cuando se desencadenó la llegada de los musulmanes a la península con su posterior invasión.
El Enfrentamiento Tras la Muerte de Witiza
A la muerte de Witiza, hacia el 710, se produjo el enfrentamiento entre los partidarios de Roderico o Don Rodrigo, quien fue proclamado rey, contra otras facciones no partidarias de Roderico, como pudieran ser los hijos de Witiza o los seguidores de Agila II, quien se proclamó rey en la Tarraconense y en la Septimania.
Los witizanos reclamaron la ayuda de los musulmanes, dirigidos por el gobernador de Ifriquiya Musa ibn Nusair, para vencer a Roderico y destronarle. Sin embargo, las pretensiones expansionistas de los musulmanes hicieron que su llegada a la península no fuera con la única intención de destronar a Roderico, sino de conquistar el reino visigodo.
La Batalla de Guadalete
Don Rodrigo tuvo que hacer frente a una invasión dirigida por Tariq ibn Ziyad, quien desembarcó en Gibraltar hacia la primavera del 711. Don Rodrigo, con un ejército menguado por la crisis económica, se enfrentó en la batalla de Guadalete en julio del 711 contra los musulmanes, donde, al parecer, sufrió la traición de las tropas de los witizanos y fue derrotado y muerto. Su muerte, la presión de los musulmanes y las luchas internas para elegir a Oppas, hijo de Witiza, como sucesor, provocaron el colapso y desaparición del reino visigodo.
Organización del Reino Visigodo
El reino visigodo se organizó con las estructuras económicas, sociales y políticas del bajo imperio debido a la fuerte romanización de los visigodos, añadiendo elementos propios de su carácter germánico.
La decadencia de la vida urbana generalizó los fenómenos de colonato cerca de las villae, donde se establecieron relaciones de servidumbre y dependencia del colono respecto del señor, relaciones protofeudales.
La organización territorial mantuvo la provincia romana, con el reino visigodo dividido en seis provincias, con un dux al frente como gobernador político y militar, y con una capital o metrópoli cabeza de la administración y de la organización eclesiástica (arzobispado). La legislación, inicialmente diferenciada, tenía unos códigos propios para visigodos y otros para hispanorromanos, hasta que ambos derechos fueron sustituidos por uno solo basado en el derecho romano, el Liber Iudiciorum, creado por Recesvinto en el 654.
El Papel de la Iglesia en la Legislación
Además, los concilios eclesiásticos se convirtieron en cuerpos legisladores a partir del III Concilio de Toledo en 589, reforzando el papel de la monarquía por el apoyo de la iglesia, siendo finalmente la institución que legitimaba la elección de los reyes.