Reconstrucción y desarrollo de las economías industrializadas: 1945-1950

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Reconstrucción, desarrollo y crisis de las economías industrializadas (1945-1980)

1. La reconstrucción, 1945-50. Las consecuencias de la guerra

1.1. Demográficas

Los daños provocados por la Segunda Guerra Mundial fueron enormes, incomparablemente mayores que los de la Primera. Respecto a las pérdidas de población, Aldcroft recoge la cifra en 40 millones de víctimas, entre bajas militares y civiles. Las muertes civiles sobrepasaron a las militares, debido a las políticas de exterminio masivo llevadas a cabo por los nazis. Las pérdidas de vidas a causa de enfermedades, epidemias y guerras civiles fueron muy modestas. Además, unos 35 millones de personas resultaron heridas y millones padecieron desnutrición.

Las pérdidas de población se vieron compensadas por un notable exceso de los nacimientos sobre las muertes, de manera que la población total europea de 1945-46 era muy similar a la de antes de la guerra. Hubo cambios en la estructura de la población en algunos países, déficit de población activa en Alemania y Rusia; y desequilibrio entre sexos (más mujeres que hombres).

Aparte de las víctimas de la guerra, ésta también desencadenó grandes movimientos de población. En conjunto, más de 30 millones de personas fueron desplazadas, dispersadas o deportadas.

1.2. Económicas

En cuanto a los daños en stock de capital fueron muy cuantiosos. La destrucción de medios de transporte, fábricas, viviendas, instalaciones agrarias, etc., fue mucho más intensa que en la Primera Guerra Mundial, sobre todo en los países que fueron escenarios de los principales frentes. El déficit de viviendas al final de la guerra era enorme.

Los sistemas de transporte también fueron gravemente dañados y destruidos. En varios países, especialmente Europa oriental, más de la mitad de los puentes de ferrocarril, empalmes, estaciones, sistemas de señalización, vías y otras instalaciones fueron destruidas o necesitaban recuperaciones importantes. De hecho, el transporte ferroviario estaba colapsado casi por completo y durante un tiempo después hubo poco tráfico terrestre regular en Europa. La situación no era mucho mejor en otras formas de transporte.

Muchos puertos estaban cerrados o destruidos, mientras que el uso del transporte terrestre por carretera era limitado.

La situación en la agricultura y en la industria también era negativa. El capital circulante de la industria estaba seriamente agotado.

El descenso en el producto interior bruto de los países europeos fue sustancial. En casi todas las partes del continente, el producto industrial y agrícola estaba muy por debajo de los niveles de antes de la guerra. La industria estaba casi paralizada en varios países. El déficit en la agricultura no fue tan agudo, pero estuvo lejos de ser modesto.

Las estimaciones aproximadas de la renta nacional total en términos reales sugieren un descenso en la mayoría de los países entre 1938 y 1946.

La escasez de alimentos, bienes de consumo y materias primas en general fue aguda en Europa, pero esto es parte de un problema más amplio.

Al terminar la guerra, el comercio de exportación de muchos países europeos era casi inexistente. Asimismo, los ingresos por las exportaciones invisibles de muchos países, especialmente Gran Bretaña, Francia y Países Bajos, habían sido seriamente dañados por la disminución del comercio.

La baja productividad y la extendida escasez de bienes también agravaron los problemas inflacionistas y monetarios de Europa y, estos, a su vez, obstaculizaron el trabajo de reconstrucción.

1.3. Cooperación internacional. Las nuevas instituciones multilaterales

A pesar del gran esfuerzo bélico y de los enormes daños causados, y a pesar del odio desplegado, la recuperación económica y de paz se logró de forma muy rápida. El "milagro" de la recuperación económica era una realidad en 1950. La voluntad de cooperación de los países y la ausencia de medidas revanchistas fueron la clave de la rápida recuperación. En efecto, en contraste con el espíritu punitivo contra los vencidos en el tratado de Versalles en 1919, en 1945 se impuso un espíritu de concordia y el deseo de construir un futuro de paz.

En la creación de este ambiente de concordia y de apertura a un futuro de paz y prosperidad, desempeñaron un papel importantísimo los ciudadanos y políticos convencidos de que otra Europa era posible, que la guerra era el peor de los males y que había que evitar, a toda costa, un nuevo conflicto europeo.

La ayuda para la reconstrucción llegó principalmente de dos canales distintos, pero su parte más sustancial provino de América. El otro canal de ayuda fue la UNRRA, creada en 1944.

Después de 1947, el trabajo de la UNRRA dio paso a la Organización Internacional de Refugiados, la Organización Mundial de la Salud y otros órganos especializados de las Naciones Unidas.

A diferencia de Europa, los EE.UU. surgieron de la guerra más fuertes que nunca. Lo mismo, aunque en menor medida, se puede decir de Canadá.

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