El Reencuentro de Ángela Vicario y Bayardo San Román: Simbolismo y Evolución

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La Acción y el Desenlace de Ángela y Bayardo

Respecto a la acción principal, ya hemos comentado que es la espera y el posterior reencuentro de Ángela y Bayardo. No obstante, se perfilan otras acciones secundarias, entre las que sobresalen dos: la espera activa y las cartas escritas y enviadas. Estas acciones, principales o secundarias según el momento de la lectura, involucran a diversos personajes. En el caso estudiado, cobran especial protagonismo Bayardo y Ángela, como en el resto de la obra.

Evolución de los Personajes: De la Deshonra a la Lucidez

Se especifica que el paso del tiempo ha dejado sus huellas en ellos. Ambos evolucionan de manera diferente en la novela, lo que los convierte en **personajes redondos**.

La Transformación de Ángela Vicario

Mientras que Bayardo se encierra en sí mismo, víctima de la deshonra y la vergüenza social, Ángela es capaz de esperarlo, decidiendo su propio destino: escribiendo miles de cartas sin respuesta. A pesar de que su vida sigue siendo simple y aburrida, ella se ha vuelto lúcida y dueña de su albedrío.

El Regreso de Bayardo San Román

Él, descrito como gordo, con gafas y con menos pelo, decide dar el paso para buscarla; en otras palabras, resuelve dejar atrás la humillación y pasar el resto de su vida con la mujer a la que aprendió a amar en soledad y en silencio.

El Espacio como Símbolo del Perdón

Esencial en este reencuentro es el espacio, es decir, la casa de Ángela Vicario, aquella casa donde años atrás se produjo la devolución y el rechazo por parte de Bayardo. Ahora, diecisiete años después, entra en la casa (ya no se queda en el umbral de la puerta).

Esto debemos interpretarlo como el perdón y la valentía para aceptarla al margen del qué dirán. Por eso se dice en el texto:

  • “(...) dio un paso adelante, (...)”
  • Dijo: “(...) aquí estoy”
  • Lo dijo trayendo consigo la maleta de ropa “para quedarse”.

Este espacio, que en el pasado sirvió de frontera entre ellos, es ahora el lugar de unión. Por otra parte, el pueblo donde transcurre la acción (basado en Aracataca, pueblo natal de García Márquez) está representado en la mentalidad conservadora e hipócrita de Pura Vicario, madre de Ángela, a la que nunca dejó de odiar ni con el paso de los años (así se especifica en el primer párrafo).

La Dimensión Temporal en el Desenlace

Finalmente, otro aspecto importante en el texto es el paso del tiempo. Ambos están mayores y deteriorados. De hecho, lo aquí narrado sucede años después del conflicto, y así se especifica: “(...) escribiendo sin cuartel durante diecisiete años”.

Tiempo de la Espera vs. Tiempo del Reencuentro

Este es el tiempo de la espera; en cambio, el del reencuentro abarca apenas minutos en “un medio día de agosto (...)”. Encontramos el concepto de tiempo-escena en la intervención de Bayardo San Román y la pausa, especialmente en el tercero y cuarto párrafos, cuando se describe el contenido de las cartas y se interrumpe la acción principal.

Recursos Narrativos Temporales

Por último, encontramos *flashback* y *flashforward*:

  1. El *flashback* ocurre cuando Ángela se refiere al momento pasado de la deshonra al decir “(...) desde su noche funesta” y cuando alude a la primera vez que vio a Bayardo (“como lo había visto la primera vez en la feria”).
  2. El *flashforward* está presente en el último párrafo que apunta a una futura vida en común (“Llevaba la maleta de la ropa para quedarse”).

No obstante, los acontecimientos narrados siguen un orden lineal.

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