El Reformismo Borbónico y la Revolución Liberal en la España del Siglo XVIII
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El Reformismo Borbónico en el Siglo XVIII
La preocupación por el fomento de la industria nacional fue una constante entre los gobernantes españoles del siglo XVIII. Destacó la figura del ministro Campomanes, cuyo pensamiento económico quedó recogido en el Discurso sobre el fomento de la industria popular (1774) y Discursos sobre la educación popular de los artesanos (1775). Las obras de estos responsables políticos, como las medidas adoptadas, nos permiten hablar de un reformismo borbónico de corte económico en la primera centuria de gobierno de esa dinastía.
Desde una óptica mercantilista, la preocupación se fundamentaba en la creación de una industria nacional capaz de competir con los productos extranjeros. Era básico para mantener una balanza comercial favorable y una condición sine qua non para asegurar el establecimiento a todos los dominios españoles peninsulares y coloniales. Destaca la creación de las Reales Fábricas desde las primeras décadas del siglo XVIII.
Fue sobre todo a partir de mediados del siglo cuando se modificó la política con respecto a América, incrementando la explotación colonial para aumentar su rentabilidad.
La economía, que se basaba en la producción agraria, se dinamizó con una fuerte actividad comercial tras la adopción de medidas como la creación de las Compañías de Comercio y con la recuperación de la minería.
La Revolución Liberal y la Constitución de 1812
La Revolución Liberal se inició durante la Guerra de la Independencia y contemplaba una convocatoria de Cortes generales y extraordinarias. Se reunieron en Cádiz en 1810 y, tras año y medio de reuniones, promulgaron una Constitución el 19 de marzo de 1812, conocida popularmente como "La Pepa".
Los diputados quisieron aunar la tradición española con el nuevo espíritu revolucionario liberal. Los principios fundamentales de la Constitución de 1812 fueron:
- Afirmación de la soberanía nacional.
- División de poderes.
- Elección de los representantes en las Cortes por sufragio universal masculino.
- Reconocimiento de los derechos y libertades individuales.
- Igualdad del rey ante la ley.
La Constitución no pudo aplicarse plenamente debido al contexto de la guerra y a que, con la restauración absolutista de 1814, quedó abolida. Sin embargo, su espíritu y programa fueron una referencia durante la mayor parte del siglo XIX, convirtiéndose en un mito para el liberalismo universal y un modelo para las revoluciones burguesas en Europa.