Regencia de Espartero: Ascenso, Caída y Consecuencias (1840-1843)

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La Regencia de Espartero: Un Periodo de Inestabilidad (1840-1843)

Antecedentes: La Dimisión de Calatrava y los Gobiernos Moderados

Tras la dimisión de Calatrava en 1837, se inicia un periodo caracterizado por la sucesión de gobiernos moderados, entre los que destacan figuras como Bardají, Ofalia, el Duque de Frías y Evaristo Pérez de Castro. Este último convocó nuevas Cortes en enero de 1840, con una clara mayoría moderada. Estas Cortes se mostraron contrarias a la Constitución de 1837, a la Milicia Nacional y a la Ley de Ayuntamientos, que finalmente fue reformada. Estas acciones provocaron la oposición progresista y la posterior sanción de la ley por parte de María Cristina.

El Ascenso de Espartero y la Renuncia de María Cristina

María Cristina, en un intento de apaciguar la situación, ofreció el gobierno a Espartero, quien lo rechazó. Sin embargo, las Juntas, apoyadas por Espartero, se rebelaron. Ante esta situación, el 12 de octubre de 1840, María Cristina renunció al trono y se exilió a Francia. Se formó entonces el Ministerio-Regencia provisional de Espartero. Esta regencia convocó nuevas Cortes de carácter progresista, que eligieron a Espartero como regente único.

La Regencia de Espartero (1841-1843): Divisiones y Conspiraciones

Durante su Regencia (1841-1843), Espartero nombró gobiernos progresistas, pero ejerció una notable influencia sobre ellos. La escena política se dividió entre esparteristas y antiesparteristas, mientras María Cristina, desde París, continuaba con sus conspiraciones. Se produjeron levantamientos militares, como los liderados por Montes de Oca en Vitoria y Diego de León en Madrid (ambos fusilados). O'Donnell, junto a Serrano y Narváez, entre otros, crearon la Orden Militar Española con el objetivo de derrocar a Espartero, aunque fracasaron en su intento.

La Caída de Espartero y la Insurrección de Barcelona

Espartero nombró a Antonio González González como jefe de Gobierno, quien suspendió el régimen foral y convocó nuevas Cortes en busca de una alternativa al regente. Finalmente, Espartero nombró al General Rodil como jefe de Gobierno, con el apoyo de María Cristina desde París.

En 1842, estalló una insurrección en Barcelona, motivada por los rumores de que Espartero estaba negociando un tratado de libre comercio con Inglaterra, que habría perjudicado a la industria textil catalana. El bombardeo de la ciudad por parte de las tropas de Espartero hundió definitivamente su prestigio. Los moderados, junto con algunos progresistas, organizaron una sublevación militar que triunfó y obligó a Espartero a dimitir. Se produjo la disolución de las Cortes y se formó un nuevo gobierno liderado por Joaquín María López y Gómez Becerra, dando lugar a una conspiración militar con insurrecciones al mando de Serrano y Prim.

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