El Régimen de Primo de Rivera (1923-1930): Un Periodo Clave en la Historia Española

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La Dictadura de Primo de Rivera: Un Periodo Clave en la Historia de España (1923-1930)

La intervención de los militares españoles en la política fue una constante durante gran parte del siglo XIX. Sin embargo, desde el pronunciamiento de Martínez Campos, las intervenciones militares directas en la política habían disminuido, aunque el estamento militar siempre mantuvo un considerable peso social y político.

Contexto y Causas de la Dictadura

La dictadura de Primo de Rivera se enmarcó en un contexto internacional particular. Cinco años después del fin de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la política parlamentaria generaba desconfianza en gran parte de Europa. Esta situación propició la búsqueda de alternativas de tipo totalitario, tanto de derecha como de izquierda, en varios países.

En España, la crisis del sistema de la Restauración, caracterizado por el turnismo (alternancia pactada de partidos) y el caciquismo (control local de votos), había erosionado la credibilidad de la clase política. A esto se sumaba el descontento social, la cuestión regionalista y el prolongado conflicto en Marruecos.

La Figura de Miguel Primo de Rivera

Miguel Primo de Rivera era un militar con una sólida formación basada en la jerarquía y la disciplina. Una característica notable de su pensamiento era su conocimiento del regeneracionismo, corriente intelectual que buscaba la modernización y moralización de España, influenciado por figuras como Joaquín Costa.

Primo de Rivera era profundamente católico, tanto en sus convicciones personales como en su visión social y formal. Al imponer su dictadura, siempre afirmó que sería un régimen temporal, con el objetivo de "sanear" las infraestructuras políticas del país y resolver sus problemas más acuciantes. Sin embargo, esta temporalidad prometida no se cumplió.

El Golpe de Estado y el Manifiesto de 1923

El pronunciamiento militar que dio inicio a la dictadura tuvo lugar en septiembre de 1923. El rey Alfonso XIII, lejos de oponerse, aceptó el golpe y, de hecho, encargó a Primo de Rivera la formación de un nuevo gobierno, legitimando así la ruptura del orden constitucional.

El golpe se acompañó de un manifiesto que, más que proponer soluciones concretas, se presentaba como una denuncia contra los males del sistema: el turnismo, el caciquismo, la corrupción y la ineficacia política. No se articuló un programa de gobierno sustancial en ese momento.

A partir de la imposición real, Miguel Primo de Rivera estableció un régimen autoritario. Esto supuso la supresión del modelo parlamentario, la anulación de la Constitución de 1876 y la disolución de las Cortes.

Apoyos y Oposición al Régimen

La dictadura de Primo de Rivera contó con diversos apoyos:

  • El Ejército: Especialmente los africanistas, que veían en Primo de Rivera a uno de los suyos y esperaban una solución al problema marroquí.
  • La Iglesia: Que valoraba el catolicismo del dictador y su defensa de los valores tradicionales.
  • Sectores Conservadores y la Burguesía: Que anhelaban orden y estabilidad frente a la agitación social y política.
  • Parte de la Población: Que, cansada de la inestabilidad, se mantuvo expectante o vio con buenos ojos la promesa de un gobierno fuerte.

Sin embargo, también surgió una oposición, aunque inicialmente fragmentada:

  • El Partido Comunista de España (PCE), fundado en 1921.
  • La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), anarquista, que sufrió una fuerte represión.
  • Algunos intelectuales, como Miguel de Unamuno u Ortega y Gasset, que criticaron la falta de libertades.
  • Los republicanos, que vieron en la dictadura una oportunidad para fortalecer su causa.

Fases de la Dictadura

1. Directorio Militar (1923-1925)

Esta primera fase se caracterizó por la imposición de un orden público muy estricto, lo que implicó una política represiva, especialmente dirigida contra los anarquistas y los movimientos obreros. Se llevó a cabo una reorganización de la Administración Pública.

Aunque su idea inicial era acabar con el turnismo y el caciquismo, estas prácticas no desaparecieron por completo. El régimen reforzó el centralismo y, al anular todos los partidos políticos existentes, creó uno nuevo de carácter oficialista: la Unión Patriótica.

Un logro significativo de esta fase fue la resolución del conflicto en Marruecos, con el desembarco de Alhucemas en 1925, que supuso el fin de la Guerra del Rif.

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