El Régimen de Primo de Rivera: Políticas y Caída (1923-1930)
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La Dictadura de Primo de Rivera: Economía, Sociedad y Oposición
La dictadura se benefició de la prosperidad económica española durante la década de 1920. En este periodo, se pusieron en marcha dos reformas clave: la nacionalización y el aumento de la intervención estatal.
Políticas Económicas y su Impacto
El gobierno aprobó el Decreto de la Industria Nacional con el fin de ayudar a aquellas empresas que no podían competir con el exterior. Se concedieron grandes monopolios (como el de la telefonía), lo que consolidó el control estatal sobre sectores estratégicos. Todo esto fue financiado por los Presupuestos Extraordinarios, lo que generó una creciente deuda pública.
El sector agrícola, sin embargo, no sufrió cambios significativos: seguía en manos de los grandes propietarios, aunque se promovió el regadío con la finalidad de aprovechar al máximo los recursos.
Control Laboral y Social
Se pretendió también eliminar los conflictos laborales por medio de la intervención del Estado. Para ello, se creó la Organización Corporativa Nacional (OCN), una entidad que agrupaba a los trabajadores, reglamentaba los salarios y ponía fin a los conflictos, buscando una paz social impuesta.
Oposición Política e Intelectual
Por otro lado, los antiguos partidos del turno comenzaron a criticar la duración del régimen y varios de sus miembros participaron en conspiraciones militares, evidenciando el descontento creciente entre las élites tradicionales.
Represión y Resistencia Universitaria
La dictadura quiso controlar a los universitarios y a los intelectuales mediante la censura y la limitación de la libertad, llegando incluso a cerrar universidades. Esto derivó en protestas, y se creó la Federación Universitaria Española (FUE), impulsada por intelectuales de renombre como Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset. La abierta oposición de Unamuno fue, de hecho, el motivo por el que fue desterrado a Fuerteventura.
Tensiones Regionales y Movimientos Opositores
En Cataluña, por ejemplo, la represión cultural fue notable: se prohibió el baile de la sardana y el uso público del catalán, generando un fuerte sentimiento de agravio. Los republicanos opositores, por su parte, organizaron la Alianza Republicana como un frente común contra el régimen. En 1927, se creó la Federación Anarquista Ibérica (FAI), sumando otra fuerza de oposición radical.
El Fin de la Dictadura y la Transición
El rey Alfonso XIII se dio cuenta del peligro que corría la monarquía ante la dictadura, por lo que retiró del gobierno a Miguel Primo de Rivera en 1930 y puso al mando al general Dámaso Berenguer, con la condición de celebrar elecciones para restaurar la normalidad constitucional. Este periodo se conoció como la "Dictablanda".
La oposición (incluyendo a republicanos catalanes y el PSOE) acordó firmar el Pacto de San Sebastián, un acuerdo clave para la instauración de la República. Sin embargo, Berenguer fue incapaz de llevar a cabo las elecciones, por lo que un año más tarde fue sustituido por el almirante Juan Bautista Aznar-Cabañas, quien finalmente decidió convocar elecciones municipales para el 12 de abril de 1931, un evento que marcaría el fin de la monarquía y el inicio de la Segunda República Española.