Regímenes Fluviales y Vertientes Hidrográficas de España: Características y Ríos Principales

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Regímenes Fluviales en España

Por régimen fluvial entendemos el comportamiento del caudal medio de un río a lo largo del año. Los regímenes fluviales se clasifican de acuerdo con el sistema de alimentación de los ríos. Distinguimos el régimen pluvial (el agua procede de la lluvia) y el régimen nival (las aguas proceden de la fusión de nieves).

Tipos de Regímenes Fluviales

  • Régimen Pluvial Oceánico

    Característico de los ríos de las regiones de clima atlántico, presenta abundancia de agua durante todo el año. A este régimen pertenecen los ríos cántabros y los gallegos.

  • Régimen Pluvial Subtropical

    Propio de las tierras del interior, donde las precipitaciones son reducidas. Las diferencias de caudal son notables entre los periodos de máxima y mínima. Hay dos estaciones bien definidas: la de abundancia de agua y la de estiaje.

  • Régimen Pluvial Mediterráneo

    Presenta su máximo caudal en otoño y un caudal secundario en invierno y primavera. Sufre subidas peligrosas a causa de la gota fría.

  • Régimen Nival

    Propio de las cumbres centrales del Pirineo, es un régimen muy simple con un prolongado estiaje. En las restantes cumbres montañosas surgen los regímenes nivopluvial y pluvionival, con crecidas anticipadas, que se dan sobre todo en ríos cortos.

Los ríos con régimen mixto pueden ser nivo-pluviales o pluvio-nivales, según predomine la nieve o las precipitaciones.

Vertiente Cantábrica

Sus cursos fluviales son de corta longitud (una media de unos 100 km) y, aunque solo ocupa un 4% de la superficie peninsular, es la zona donde se producen más precipitaciones. Por esta razón, sus cursos son los más regulares. Destacan ríos como el Nalón, el Bidasoa y el Nervión.

Los ríos de las zonas gallegas y asturianas sufren un corto pero claro estiaje debido a la influencia del anticiclón de las Azores; en cambio, los ríos cántabros y vascos reciben lluvias más abundantes a lo largo del año. Las crecidas son poco frecuentes; sin embargo, los ríos de esta zona presentan una escorrentía elevada, lo que puede provocar crecidas.

La topografía, que facilitó la rápida propagación del agua y la colonización humana, ha provocado retenciones que, en momentos de crecida, han resultado catastróficas. Las crecidas son más habituales durante el invierno. Los ríos cantábricos tienen una gran fuerza erosiva, lo que ha provocado la formación de hoces profundas, como las hoces del Cares.

Vertiente Atlántica

Los ríos gallegos son cortos y caudalosos. Los ríos que atraviesan la Meseta son los más largos de España y son irregulares; sus caudales máximos se alcanzan entre diciembre y marzo, época de mayor pluviosidad en la Meseta.

Río Miño

El Miño nace en el Macizo Galaico y su caudal es considerable. Junto con su afluente, el Sil, recoge las aguas de las depresiones de Lugo y Orense.

Río Duero

La cuenca del Duero es la más extensa de toda la península; es simétrica, aunque los afluentes que nacen en la vertiente sur son más caudalosos. Afluentes principales: Pisuerga y Tormes.

Río Tajo

El río Tajo es el más largo de la península; su cuenca es la tercera en extensión. Afluentes principales: Jarama y Alagón.

Río Guadiana

El río Guadiana es el de menor caudal de nuestros principales cursos de agua, ya que atraviesa zonas de poca pluviosidad. Su nacimiento proviene de aguas subterráneas. Afluentes principales: Jabalón y Matachel.

A diferencia del Duero, el Tajo y el Guadiana tienen cuencas disimétricas, porque sus ejes transcurren por los Montes de Toledo.

Río Guadalquivir

El río Guadalquivir estuvo abierto al mar y por eso todavía penetra en ella en forma de marismas, que hoy en día son un espacio protegido. Sus afluentes forman una red disimétrica (los más caudalosos provienen de Sierra Nevada).

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