El Reinado de Fernando VII: Del Trienio Liberal (1820-1823) a la Década Ominosa
español con un tamaño de 2,52 KBEl Trienio Liberal (1820-1823)
Restaurada la Constitución de 1812, se volvió a suprimir la Inquisición y los privilegios señoriales. Muy pronto aparecieron fuertes diferencias en el campo de los liberales, dando lugar a la aparición de los moderados y los progresistas.
La División del Liberalismo
Los liberales se dividieron en dos facciones principales:
- Moderados (Doceañistas): Eran partidarios de restablecer sin modificaciones la Constitución de 1812.
- Progresistas (Veinteañistas): Se mostraban partidarios de elaborar un nuevo texto donde se recortasen los poderes del monarca.
El Fin del Régimen Liberal
Los absolutistas, con el apoyo de Fernando VII, no dejaron de conspirar para acabar con el régimen liberal y constituyeron la Regencia de Urgell.
En 1823, las potencias absolutistas de Europa decidieron intervenir militarmente en España. Un ejército francés al mando del duque de Angulema, conocido como Los Cien Mil Hijos de San Luis, cruzó los Pirineos. El gobierno liberal se retiró hasta Cádiz con Fernando VII. La ciudad apenas ofreció resistencia.
La Década Ominosa (1823-1833)
La intervención de la Santa Alianza instauró a Fernando VII nuevamente como monarca absoluto. El rey consideró ilegales todos los actos del gobierno liberal, abolió la Constitución y desencadenó una dura persecución contra los liberales. La represión incluyó el cierre de universidades y centros de enseñanza. Entre las víctimas encontramos a Riego, el Empecinado o a la granadina Mariana Pineda.
La Cuestión Sucesoria y el Origen del Conflicto Carlista
Los absolutistas más radicales se apiñaron en torno a la figura del infante don Carlos, hermano del rey, esperando que este sucediese a su hermano. Pero el nacimiento en 1830 de Isabel, hija de Fernando VII, modificó la situación, a pesar de que en virtud de la Ley Sálica las mujeres no podían reinar.
Fernando VII promulgó en 1830 la Pragmática Sanción, derogando la Ley Sálica. Los partidarios de don Carlos la rechazaron, mientras Fernando VII cerraba un acuerdo con los sectores moderados del liberalismo, dispuestos a apoyar los derechos de Isabel sobre la base de una monarquía constitucional. A la muerte del monarca, en 1833, quedaba abierto un conflicto sucesorio e ideológico.