El Reinado de Isabel II en España: Claves de la Década Moderada, Bienio Progresista y Unión Liberal
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La Mayoría de Edad de Isabel II se declaró cuando la joven Reina contaba con tan solo trece años. Su personalidad, aún inmadura, estuvo forjada por la influencia de su madre, María Cristina de Borbón, y de figuras relevantes como el Padre Claret.
La Década Moderada (1844-1854)
Con la llegada de los moderados al poder, los progresistas quedaron nuevamente desplazados. Este periodo se caracterizó por la destrucción de la obra progresista anterior y la imposición de una estrategia política basada en la fuerza y el pronunciamiento militar.
Bajo el liderazgo de Narváez y los sucesivos gobiernos moderados, se impulsaron una serie de reformas clave:
- La Constitución de 1845: Recogía los principios del liberalismo doctrinario, estableciendo la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes, y un significativo recorte de libertades, como las de expresión y reunión.
- La Ley de Organización y Atribuciones de los Ayuntamientos de 1845: Suprimió el carácter electivo de los ayuntamientos, centralizando el poder.
- Acercamiento a la Iglesia: Se firmó el Concordato de 1851, mediante el cual el gobierno concedía a la Iglesia el control de la educación y reconocía su papel en la sociedad.
- La Guardia Civil: Creada en 1844, se encargó de salvaguardar el orden público y la propiedad privada, especialmente en las zonas rurales.
- Creación de un nuevo Código Penal y proyecto de un nuevo Código Civil: Iniciativas para modernizar el marco legal del país.
- Reforma de la educación: Se establecieron las escuelas primarias con el objetivo de extender la educación al pueblo, aunque con un enfoque que priorizaba el control estatal.
- La reforma fiscal de Alejandro Mon (1845): Se aprobó un sistema ecléctico que combinaba impuestos directos e indirectos, buscando una mayor eficiencia recaudatoria.
- El matrimonio de la Reina: Isabel II contrajo matrimonio con su primo, Francisco de Asís de Borbón.
Este periodo también estuvo marcado por un escandaloso favoritismo en todos los campos de la vida social y una generalizada corrupción política. Hacia el final de la década, la desintegración interna de los moderados se hizo evidente, la oposición se radicalizó y, una vez más, se recurrió a la fuerza como método de cambio político.
El Bienio Progresista (1854-1856)
La Revolución de 1854 se desarrolló en dos fases. La primera fue un pronunciamiento militar, conocido como la Vicalvarada, dirigido por militares moderados descontentos como Dulce y O'Donnell, que llevó a un enfrentamiento en los campos de Vicálvaro. Posteriormente, mediante el Manifiesto de Manzanares, se concretó el programa político del movimiento y se buscó atraer a los progresistas mediante la formación de juntas revolucionarias.
A este movimiento se sumaron importantes movilizaciones populares, especialmente en Barcelona, que representaron la versión española de la Revolución de 1848 europea. Ante la presión, la Reina se vio obligada a cambiar los gobiernos. En Madrid, se construyeron barricadas al tiempo que se formaban diversas juntas con progresistas y demócratas a la cabeza.
La Reina llamó a la Corte al general Espartero, quien pactó con O'Donnell. De este acuerdo nacería un nuevo régimen político, conocido como el Bienio Progresista. El resultado fue un sistema político presidido por caudillos militares: Espartero y O'Donnell.
Durante este bienio, Espartero impulsó la Constitución de 1856, conocida como non nata porque no llegó a publicarse, y otras reformas significativas como una nueva ley electoral y la Desamortización de Madoz (1855). Sin embargo, las tensiones entre los líderes no tardaron en surgir. O'Donnell logró vencer a la Milicia Nacional en las calles y consolidar el poder de su partido en las Cortes.
En septiembre de 1856, un nuevo decreto liquidó el Bienio Progresista y restableció la vigencia de la Constitución de 1845. El Bienio Progresista, al igual que había comenzado, terminó con luchas y conflictos en las calles.
El Gobierno de la Unión Liberal (1856-1868)
Tras el fin del Bienio Progresista, O'Donnell asumió la presidencia del Gobierno con el respaldo de su nuevo partido, la Unión Liberal. Su objetivo fue establecer un liberalismo centrista, reponiendo la Constitución moderada de 1845, pero con ciertas modificaciones de carácter progresista.
En este extenso periodo, la política española estuvo dominada por tres grupos principales: moderados, liberales (de la Unión Liberal) y progresistas, quedando al margen los carlistas y los demócratas. El principal objetivo político de O'Donnell fue conciliar la libertad y el orden, buscando la estabilidad. Todo ello tuvo como resultado una notable estabilidad política, motivada por el predominio de la Unión Liberal en el panorama político español.