El Reinado de Isabel II en España: Política, Sociedad y Crisis del Liberalismo (1843-1868)

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El Reinado de Isabel II: Características y Evolución Política (1843-1868)

Isabel II fue proclamada mayor de edad con tan solo 13 años, marcando el inicio de su reinado efectivo. Este periodo se caracterizó por:

  • La intervención activa de la Reina, designando gobiernos moderados y evitando el acceso de los progresistas al poder.
  • La participación constante del ejército en la vida política.
  • La exclusión sistemática de los sectores populares de la participación política.

La Década Moderada (1844-1854): Consolidación del Liberalismo Conservador

El General Narváez tuvo como principal objetivo crear un régimen liberal a la medida de los intereses representados por el Partido Moderado. La base legal de este periodo fue la Constitución de 1845, que establecía una soberanía compartida entre las Cortes y la Corona. La ley electoral permitía el voto a menos del 1% de la población: solo podían votar los ricos, es decir, los propietarios que pagaban un mayor nivel de impuestos.

Los moderados iniciaron la construcción de un sistema legal liberal burgués de carácter muy conservador. Implantaron un nuevo Código Civil y Penal, introdujeron el Sistema Métrico Decimal, organizaron el cuerpo de funcionarios del Estado y establecieron el sistema de "Quintas" (servicio militar obligatorio por sorteo). Aseguraron un Estado centralista, unificaron el espacio económico español y crearon un mercado nacional. El carácter centralista del Estado se tradujo en el poder de los gobernadores provinciales, quienes nombraban a los alcaldes.

Durante esta década, se restringieron los derechos de reunión, expresión y manifestación, y los gobiernos actuaron con contundencia contra los "transgresores del orden". Narváez suprimió la Milicia Nacional y creó la Guardia Civil, que acabó con el bandolerismo rural. Se establecieron las relaciones con la Iglesia mediante el Concordato con la Santa Sede (1851).

Los gobiernos moderados favorecieron los negocios en los que participaban políticos y personajes relacionados con el poder, incluso miembros de la Familia Real. El descontento político y social era grande: a la exclusión sistemática de los progresistas del poder, se añadió la aparición del Partido Demócrata, cuyos objetivos eran la ampliación de los derechos individuales y del sufragio universal masculino.

El Bienio Progresista (1854-1856): Reformas y Conflictos

Este periodo se inició con un pronunciamiento militar, conocido como "La Vicalvarada". Los generales O'Donnell y Dulce encabezaron la sublevación contra el gobierno de Sartorius, que se inició en los cuarteles de Vicálvaro el 28 de junio de 1854. Los sublevados hicieron público el Manifiesto de Manzanares, un texto escrito por Cánovas del Castillo, que logró un gran apoyo popular y el respaldo de otros jefes militares. Este manifiesto exigía, entre otras cosas, la bajada de impuestos, la ampliación del sufragio y de los derechos ciudadanos, y el cese del gobierno del Conde de San Luis.

Isabel II se vio forzada a nombrar a Espartero como Jefe de Gobierno, quien formó una nueva fuerza política, la Unión Liberal. Durante este bienio, se impulsó la educación mediante la Ley Moyano (1857) y se promovió una nueva Constitución (1856), aunque esta última fue non nata (no llegó a promulgarse). El Ministro de Hacienda, Madoz, impulsó la Ley de Desamortización Civil, que privatizó muchas tierras de propios y tierras de comunes. Esta ley benefició a la Hacienda del Estado y a los latifundistas, quienes vieron en ella la confirmación de que la revolución liberal era una mera revolución burguesa.

Gobiernos Moderados y de la Unión Liberal (1856-1868): Estabilidad y Crisis Final

O'Donnell sustituyó a Espartero y prosiguió la política económica del Bienio Progresista. El crecimiento económico permitió desarrollar importantes planes de obras públicas. La política exterior estuvo orientada a recuperar el estatus de gran potencia para España.

Desde 1866, se sucedieron gobiernos de moderados y unionistas muy inestables y autoritarios, presididos por O'Donnell y Narváez. La crisis económica mundial de 1866 elevó el paro y la carestía de vida, aumentando el descontento popular contra el gobierno moderado. Se produjeron graves acontecimientos políticos que aumentaron el rechazo al gobierno. En 1866, se firmó el Pacto de Ostende, que selló el acuerdo para la expulsión de Isabel II y la convocatoria de una Asamblea Constituyente por sufragio universal masculino.

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