Reinado de María Cristina: Estatuto Real, Desamortización y Constitución de 1837
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Reinado de María Cristina (1833-1840): Reformas y Conflictos
El periodo de regencia de María Cristina (1833-1840) fue un momento crucial en la transición de España hacia un sistema liberal. Marcado por las Guerras Carlistas y las tensiones entre diferentes facciones liberales, este periodo sentó las bases para la España contemporánea.
Estatuto Real de 1834
En 1834, el ministro Martínez de la Rosa otorgó el Estatuto Real, un proyecto de cortes constituyentes de carácter moderado. Este estatuto dividía las cortes en dos cámaras: una elegida por el rey y otra por sufragio. Sin embargo, no establecía una clara separación de poderes y limitaba las libertades de prensa. Esta situación provocó la revuelta de los sargentos de La Granja, obligando a la regente a restaurar la Constitución de 1812 (La Pepa) y a nombrar un gobierno progresista.
Desamortización de Mendizábal (1836)
En 1836, se llevó a cabo la Desamortización de Mendizábal. El Estado expropió los bienes de la Iglesia, aunque mantuvo las instituciones educativas que antes dependían de ella. El Estado liberal vendió estas propiedades a particulares en subastas, buscando financiación para las Guerras Carlistas. Esta medida permitió a los propietarios vincularse al liberalismo, pero también acrecentó el latifundismo. Además, se desvinculó la propiedad y se suprimieron los mayorazgos.
Constitución de 1837
En 1837, se proclamó la Constitución de 1837, un proyecto impulsado por los progresistas, que buscaban limitar el poder del clero. Esta constitución establecía la separación de poderes ejecutivo y legislativo en dos cámaras, declaraba los derechos ciudadanos y reconocía la religión católica como obligatoria. Se creó la Milicia Nacional para mantener el orden público y se llevó a cabo una reforma fiscal. La constitución proclamaba la soberanía nacional, la supresión total del diezmo y la abolición del régimen señorial, así como la igualdad ante la ley.
Implantación de la Sociedad de Clases
La implantación de la sociedad de clases fue otro aspecto importante de esta nueva organización social. Se consideraba que los individuos con mayores recursos económicos debían dirigir el país.
Organización de Ayuntamientos y Administración Provincial
Los electores elegían ayuntamiento y alcalde por sufragio. Para la administración provincial, los miembros de las diputaciones eran elegidos por los ayuntamientos. Además, en cada provincia había un delegado del gobierno central, que se convertiría en el futuro gobernador civil. Javier de Burgos estableció la división provincial de España en 1833.
Divisiones Políticas: Absolutistas y Liberales
La sociedad estaba dividida entre absolutistas y liberales. Dentro de los liberales, existían moderados y exaltados (que luego serían conocidos como progresistas). Las diferencias radicaban en que los exaltados buscaban reformas más rápidas y radicales, mientras que los moderados preferían un enfoque gradual. Estos grupos luchaban constantemente por el poder, recurriendo a revoluciones cuando eran apartados del mismo. Al término de la guerra, los jefes militares se convirtieron en líderes de los partidos, lo que les llevó a controlar el ejército.