El Reino Visigodo en Hispania: Auge y Declive
El Reino Visigodo en Hispania
En el siglo V, las invasiones bárbaras pusieron fin al Imperio Romano de Occidente. En Hispania, penetraron suevos, vándalos y alanos. Los visigodos ocuparon la Galia y parte de Hispania, pero la presión de los francos les obligó a replegarse sobre Hispania. Entre 509 y 569, los visigodos afirmaron su presencia en la península ibérica. Sin embargo, como unidad política, el reino visigodo perdió entidad debido a frecuentes revueltas y guerras internas. Los bizantinos aprovecharon esta situación de descontrol para instalarse en el sur de Hispania.
El Reinado de Leovigildo
A partir de 568, con Leovigildo al mando, se comenzó a crear un auténtico estado con soberanía territorial. Esto favoreció la fusión entre hispano-romanos y visigodos, y se estableció la uniformidad legislativa y religiosa, admitiéndose los matrimonios mixtos.
Consolidación Territorial
En el ámbito territorial, una serie de campañas militares dieron como resultado el sometimiento de diversos hispanos, el arrinconamiento de los vascones y la contención de los francos por el norte. Finalmente, tuvo lugar un lento proceso de conquista de la franja costera controlada por los bizantinos.
La Conversión de Recaredo
Recaredo, hijo de Leovigildo, en el III Concilio de Toledo, se convirtió al cristianismo junto con una parte de la nobleza, abjurando del arrianismo.
Debilidad de la Monarquía Visigoda
La monarquía visigoda era muy débil. En primer lugar, los reyes accedían al trono por elección. Los monarcas elegidos debían ser de estirpe goda y de buenas costumbres. Los reyes estaban supeditados tanto al poder aristocrático como al de los obispos, siendo muy frecuentes los destronamientos de los monarcas.
Interdependencia entre Poder Político y Religioso
En esta época se fijaron las bases de la interdependencia entre el poder político y religioso. El rey acabó gobernando con el auxilio de personas de su confianza, que agrupó a todas ellas para formar el Oficio Palatino.
Instituciones Clave
En el mundo visigodo funcionaron dos instituciones de suma importancia:
- Aula Regia: Integrada por los principales colaboradores del rey (alta nobleza).
- Concilios: Reuniones eclesiásticas.