Relación hombre-mujer: prestigio, reconocimiento y patriarcado

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Aplicado a la relación hombre-mujer, el prestigio que el varón obtiene por las acciones que ha podido realizar, le posibilita para ejercer su poder sobre las mujeres, que son sometidas. Sin embargo, los hombres necesitan como conciencias el reconocimiento de las mujeres, por lo que dependen de la relación que mantienen con ellas. Y para obtener su reconocimiento y mantenerlo, los hombres compensan las desventajas que padecen las mujeres en la relación no igualitaria, asumiendo tareas de protección material sobre ellas.

Relación dialéctica

Es una relación dialéctica en la que distinguimos tres momentos:

  1. Riesgo/Libertad. Los hombres arriesgan su vida en acciones peligrosas (caza y guerra), decidiendo libremente.
  2. Reconocimiento/Desigualdad. Las mujeres, que no participan en esas acciones, por la servidumbre de la reproducción (no pueden decidir ni controlar la maternidad), reconocen su valor. Los varones obtienen prestigio por sus acciones.
  3. Sometimiento/Protección. Los hombres someten a las mujeres aprovechando el prestigio y les brindan protección para mantenerlo.

El prestigio y reconocimiento social conseguido por los varones con acciones arriesgadas, posibilita la consolidación de un sistema de opresión sobre las mujeres, el patriarcado, que se organiza en instituciones y códigos escritos.

Resultado del patriarcado

Resultado del patriarcado: las mujeres viven una enorme desventaja en cuanto a salarios, oportunidades, prestigio, etc. Beauvoir afirma que, aunque en las sociedades más desarrolladas se han producido cambios que favorecen la emancipación, la situación de vasallaje de las mujeres no ha sido abolida porque:

  • Las mujeres no tienen medios concretos para agruparse en una unidad que se afirme al oponerse. No tienen elementos que posibiliten la constitución de un grupo con una cierta cohesión: no poseen un pasado común o elementos culturales propios que les identifiquen frente a los varones, ni intereses específicos en torno a los cuales agruparse.
  • Los vínculos que las unen a los dominadores son mucho más estrechos que los que pueden existir entre ellas. Las mujeres comparten con determinados hombres hábitat, trabajo, intereses económicos. La pareja es una unidad fundamental de la sociedad, una relación tan estrecha que impide, por ejemplo, la revuelta de ellas hacia ellos, pues hombres y mujeres se necesitan mutuamente. Además, el vínculo entre hombres y mujeres no es comparable a otras relaciones entre opresores y oprimidos. Ellas reconocieron el valor de las acciones de los hombres sin que hubiera enfrentamiento entre ellos.

Reivindicarse como sujeto implicaría la pérdida de las ventajas que ofrece la alianza con quien tiene el poder. El miedo a la pérdida provoca que las mujeres desarrollen actitudes de complicidad en relación a los varones que las someten.

Superar la situación

¿Cómo superar esta situación? Esto sucederá cuando las mujeres tengan las oportunidades necesarias para alcanzar la emancipación plena, se afirmen como sujetos de sus propios proyectos vitales, modificando sus relaciones con los hombres y tenga lugar el reconocimiento recíproco que posibilite las relaciones igualitarias entre hombres y mujeres (cuando decidan con plena libertad la maternidad, no recaigan sobre ellas exclusivamente las tareas domésticas y el cuidado de los hijos y las personas mayores y gocen de autonomía económica en igualdad de condiciones que los varones).

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