Relatos Cortos con Moraleja para Reflexionar

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Fábulas Clásicas: Reflexiones sobre la Conducta Humana

Fábula 12: La Comadre y la Lima del Herrero

Una comadre, habiendo entrado en el taller de un herrero, lamía la lima que estaba tirada. Sucedió que, al frotarse la lengua, mucha sangre se derramó. Esta se alegraba, suponiendo que extraía algo de hierro, hasta que perdió totalmente la lengua.

Que esta fábula sea contada a quienes se hieren a sí mismos en las porfías.

Fábula 13: Zeus y los Regalos de Boda

Celebrando Zeus sus bodas, todos los animales le llevaban regalos, cada uno según su propia posibilidad. Una serpiente, tras tomar una rosa en su boca, subió arrastrándose. Al verla, Zeus dijo: «Acepto los regalos de todos los demás, pero el tuyo no lo tomaré de tu boca».

Fábula 14: El Oso Vanidoso y la Zorra

Un oso se vanagloriaba ostensiblemente de ser amigo del hombre, porque no se comía cuerpos muertos. La zorra le dijo: «¡Ojalá devoraras muertos y no a los que están vivos!»

Esta fábula censura como ambiciosos a quienes viven en la hipocresía y la vanagloria.

Fábula 15: Los Pescadores y el Atún

Unos pescadores, saliendo a la pesca, después de soportar durante mucho tiempo muchas fatigas sin pescar nada, estaban fuertemente desanimados y se disponían a regresar. En ese momento, un atún, siendo perseguido por peces mayores, saltó al barco de estos. Habiéndolo cogido, regresaron con gusto.

La fábula demuestra que muchas veces las cosas que no proporcionó la habilidad, las ofreció la suerte.

Fábula 16: La Zorra y las Uvas Verdes

Una zorra que tenía hambre, al ver unas uvas colgando de una parra, quiso alcanzarlas y no pudo. Y apartándose, se dijo a sí misma: «¡Están verdes!»

Así también, algunos hombres, no pudiendo alcanzar las cosas por su debilidad, acusan a las circunstancias.

Fábula 17: La Zorra y la Cabeza de Maniquí

Una zorra, habiendo entrado en la casa de un maniquí y habiendo inspeccionado cada uno de sus artilugios, encontró una cabeza de maniquí bellamente labrada. Habiéndola cogido con sus propias manos, decía: «¡Oh, qué cabeza, y no tiene cerebro!»

Esta fábula es para los hombres bien dotados en su cuerpo, pero insensatos en su alma.

Fábula 20: Las Ranas y los Matrimonios del Sol

Los matrimonios del Sol se celebran en verano. Y todos los seres vivos se alegraban por esto; también se regocijaban las ranas. Una de estas dijo: «¡Oh, desgraciadas! ¿Para qué os regocijáis? Pues si el Sol, estando solo, secó todo el pantano, si habiéndose casado va a engendrar un hijo semejante a él, ¿qué mal no sufriremos?»

Esta fábula es para aquellos que, con una mente poco reflexiva, se alegran de asuntos que no deberían ser motivo de alegría.

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