La Religión en la Antigua Roma: Dioses, Ritos y Creencias
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El Panteón Romano y la Tríada Capitolina
Los romanos contaban con un grupo de dioses que constituían el panteón romano. Al frente de ellos se encontraban Júpiter, Juno y Minerva, la llamada Tríada Capitolina, ya que recibían culto en un templo ubicado en la colina del Capitolio. Cada uno tenía sus propios atributos:
- Júpiter: dios de los cielos, representado con el rayo y el cetro.
- Juno: diosa del matrimonio, representada con una diadema.
- Minerva: diosa de la sabiduría, representada con un casco.
Prácticas Religiosas: Ritos y Sacrificios
La práctica de la religión romana no imponía ningún tipo de obligación moral a los fieles. Solo se les exigía el cumplimiento de unos ritos específicos. Estos podían consistir en ofrendas a los dioses o en sacrificios. En los sacrificios, un sacerdote degollaba a un animal en el altar dedicado al dios y, después, los asistentes consumían la carne de la víctima como parte del ritual.
Tipos de Culto
Existían distintos tipos de culto en la sociedad romana:
- Culto popular: Incluía ritos asociados a la agricultura y a la vida en el campo. Se celebraban al aire libre y se dirigían a divinidades agrarias.
- Culto doméstico: Eran los ritos que se celebraban en la casa y honraban a las divinidades del hogar. Entre ellas destacaban:
- Los Lares: espíritus que velaban por la salud de la familia.
- Los Penates: protectores de la despensa y las provisiones del hogar.
- Los Manes: espíritus de los difuntos y antepasados.
- Culto oficial: Comprendía los ritos de carácter oficial y público, organizados por el Estado.
Los Colegios Sacerdotales
La organización del culto público estaba a cargo de diferentes colegios sacerdotales:
- Colegio de los Flamines: Se encargaba del culto de las divinidades mayores.
- Colegio de los Pontífices: Guardaban los archivos oficiales, redactaban los anales con los sucesos más importantes y fijaban los días laborales y festivos (fasti et nefasti).
- Colegio de las Vestales: Sacerdotisas vírgenes encargadas de cuidar el fuego sagrado de la diosa Vesta, que nunca debía apagarse.
- Colegio de los Fetiales: Preparaban los rituales previos a las campañas militares en honor al dios Marte y se ocupaban de las declaraciones de guerra y los tratados de paz.
Nuevas Creencias en el Imperio
Con la expansión del Imperio, nuevas creencias se extendieron por Roma:
- La astrología: Creencia de origen mesopotámico que los romanos tomaron de los griegos. Aseguraba que la vida y el carácter de las personas estaban determinados por los astros.
- Los cultos mistéricos: De origen oriental, prometían la salvación del individuo y una vida más allá de la muerte, ofreciendo una conexión más personal con la divinidad.
El Ascenso del Cristianismo
El cristianismo, originario de Palestina, supuso una amenaza para el poder romano, ya que sus adeptos se negaban a rendir culto al emperador, considerándolo una figura divina. Además, los cristianos rechazaban la esclavitud, un pilar de la sociedad romana. Por estos motivos, el poder romano ordenó persecuciones contra ellos.
Dos hechos cambiaron radicalmente la historia del cristianismo en el Imperio:
- En el año 313, el emperador Constantino promulgó el Edicto de Milán, por el que el cristianismo fue declarado legal y se detuvieron las persecuciones.
- A finales del siglo IV, el emperador Teodosio convirtió el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano.
Organización del Culto: Público y Privado
El culto público estaba a cargo de los sacerdotes, cuyo líder más importante era el Pontifex Maximus. Por otro lado, el culto privado o doméstico lo administraba el pater familias (el cabeza de familia), quien veneraba en altares domésticos a los Manes, Lares y Penates.