Renacimiento Arquitectónico: Armonía, Proporción y Legado Clásico

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La Arquitectura Renacentista: Principios Fundamentales

La arquitectura renacentista se basa en principios de armonía, proporción y simetría, reflejando el equilibrio superior que se atribuía a la naturaleza y al universo. La iglesia renacentista se concibe desde el principio de proporción y el lenguaje clásico del orden, con iluminación natural, para captar la armonía y la belleza de las proporciones.

La nueva arquitectura nace en Florencia, inspirándose en el libro de Vitruvio. No se pretende imitar las obras clásicas, sino rescatar la teoría y elementos de su arquitectura para aplicarlos en las construcciones contemporáneas.

Normas y Elementos Clave

  1. Nueva concepción espacial y de la belleza: Búsqueda de la armonía mediante el uso de proporciones matemáticas sencillas pero cuidadas, y de volúmenes simples.

  2. Empleo de elementos arquitectónicos y decorativos inspirados en Roma:

    • Se recuperan los órdenes clásicos, sobre todo el corintio y el compuesto, con sus soportes y entablamentos; al comienzo, las columnas son más esbeltas.
    • Se utilizan los frontones, el almohadillado, los casetones en las cubiertas, la decoración de medallones y elementos grutescos.
  3. El arco de medio punto y las cubiertas: Bóvedas de cañón, de arista, vaídas. El muro es de nuevo el soporte básico. La cúpula vuelve a ser el elemento dominante de la Iglesia: se alza sobre pechinas.

  4. Concepción del espacio: Relacionada con el arte y la filosofía. Visión unitaria: los edificios se intentan hacer con un solo centro (planta circular o de cruz griega), con una obsesión por la simetría y la perspectiva.

Brunelleschi: Innovación y Perspectiva

Brunelleschi: Escultor y creador de la perspectiva científica, replantea la arquitectura al rescatar el concepto de orden y aplicar el lenguaje clásico al templo cristiano, proponiendo un nuevo modelo de cúpula y de fachada palaciega. Su obra más espectacular, la cúpula de la catedral de Florencia, constituye un modelo. Es una cúpula muy esbelta, innovadora por su perfil parabólico, su gran tamaño y la combinación de tambor y linterna.

En San Lorenzo y Santo Espíritu, recupera la basílica de columnas y su espacio perspectivo, pero conservando de lo medieval el transepto y la cúpula en el crucero. La nave central presenta arcos de medio punto sobre columnas corintias, cubiertas por bóvedas vaídas. Coloca sobre el capitel una porción individual de entablamento.

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