El Renacimiento en España: Arquitectura y Pintura, Estilos y Obras Clave
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El Arte Renacentista en España: Arquitectura y Pintura
El Arte Renacentista en España se caracteriza por la monumentalidad de los edificios clásicos de la antigüedad grecorromana. Adopta la columna con los órdenes dórico, jónico y corintio, el arco de medio punto y la bóveda de cañón. La decoración incluye guirnaldas y personajes mitológicos. En España, esta arquitectura desarrolló un estilo muy peculiar, distinguiéndose tres etapas principales:
Arquitectura Renacentista Española: Etapas y Características
Plateresco
Estilo que fusiona elementos del Gótico tardío y del Mudéjar con el Renacimiento italiano. Se caracteriza por una profusa decoración, incluyendo guirnaldas, escudos y otros elementos ornamentales, que se manifiesta en fachadas, patios y retablos. Un ejemplo destacado es la Fachada de la Universidad de Salamanca.
Purismo o Etapa Clásica
En esta fase, la influencia gótica desaparece. Se caracteriza por edificios de decoración sobria, con pequeños detalles, y por la búsqueda de armonía y equilibrio. Ejemplos notables son el Palacio de Carlos V en la Alhambra y la Catedral de Granada.
Herreriano
Destaca por su desnudez decorativa, limitada a bolas o pirámides en los remates de los muros. Presenta una marcada horizontalidad y simetría, con un rigor geométrico y un gusto por las relaciones matemáticas entre los elementos. Obras representativas incluyen el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, el Archivo General de Indias en Sevilla y la Catedral de Valladolid.
Pintura Renacentista en España: El Greco
En la pintura, destaca como figura central El Greco (Doménikos Theotokópoulos), originario de Creta, formado en Venecia y cuya obra principal se desarrolló en España, especialmente en Toledo. Sus obras se caracterizan por:
- Estilo muy personal.
- Temática predominantemente religiosa, ya que la Iglesia era el principal mecenas de los artistas de la época.
- Composiciones con numerosos personajes abigarrados.
- Figuras humanas con cabezas y cuerpos excesivamente alargados, piel pálida, miradas expresivas dirigidas al cielo y ropajes acartonados de colores vivos.
- Uso del “rompimiento de gloria”, que consiste en una separación del mundo celestial y del terrenal a través de una barrera de nubes o de ángeles.
- Marcados contrastes de luz y cielos tenebrosos.
Un ejemplo icónico de su obra es El caballero de la mano en el pecho.